El “Día de la Mujer” son los 365 días del año y los seguidores del béisbol esperamos el día que una mujer figure en roster de 40 de un equipo de Grandes Ligas.

Ayer en el “Día Internacional de la Mujer” los Marlins de Florida dieron a conocer su cuerpo de entrenadores para las Ligas Menores, donde destacan la inclusión de siete mujeres como entrenadoras de distintas sucursales, ellas son: Melissa Hampton (AA), Jessica Cook (A-Avanzada), Sandy Krum (Clase-A), Shelby Perry (FCL) y Jennefer Torres (DSL2).

En febrero, los Yanquis de New York, designaron como manager a Rachel Balkovec para el equipo Tampa Tarpons, clase A, que la convierte en la primera mujer dirigente en ligas menores.

No nos confundamos, el béisbol es un gran negocio y ha sido un negocio desde el primer día que se acordonó un campo y se cobró la entrada a la gente para ver a los hombres jugar. La primera mujer en el béisbol tendrá que lidiar con las percepciones de los hombres y su lugar percibido en el juego.

El verdadero desafío para las primeras mujeres en el béisbol está en los Números. Las Grandes Ligas son un autobús de fiesta de dos pisos. Todos en el autobús quieren su asiento y lucharán duro para mantenerlo.

Actualmente, solo hay 1200 asientos (según el roster de 40) en ese autobús y solo los mejores pueden viajar. Ese es un grupo muy selecto de peloteros capaces de generar ingresos de por vida en un corto período de tiempo, menos de 15 años.

Ahí radica el dilema al que se enfrenta la mujer en su lucha por jugar en las Grandes Ligas.

Pero, ¿posee una mujer las habilidades necesarias para tomar asiento en ese autobús?

La historia del béisbol en Estados Unidos ha estado oculto en lo más profundo la presencia y el impacto de las primeras mujeres en este deporte.

De hecho, las mujeres podrían argumentar que ellas, y no los hombres, introdujeron el béisbol en Estados Unidos y ponen de ejemplo a Lizzie Arlington considerada por muchos historiadores como la primera mujer en jugar béisbol organizado en el siglo XIX. Ed Barrow, un futuro miembro del  Salón de la Fama , afirmó que él la llevó al béisbol profesional cuando se desempeñó como presidente de la  Liga Atlántica. Los detalles de su breve paso por el béisbol profesional permanecieron virtualmente desconocidos hasta que Al Kermisch, un investigador y entusiasta del béisbol los reveló.