(CNN Español) — Era como una explosión gigantesca con grandes columnas de piedra que parecían surgir, derechas, firmes, de lo más profundo de la tierra, de lo más antiguo y ancestral de nuestra morada. Una explosión bellísima para reventar en una formación congelada que podría alcanzar al mismísimo Dios y que, desde luego, desafiaba la gravedad de los hombres.
La primera vez que la vi me pareció irreal, mágica, fuera de la lógica arquitectónica a la que estaba acostumbrado. Las entonces 8 torres se alzaban hacia un cielo mediterráneo contradiciendo mi idea de una iglesia o templo. Había brotado un bosque de formas que jugaban con la gravedad mientras mostraba sus raíces, sus brotes, sus troncos que soportaban ese gran cobijo de fe.
1 de 5 | Vista de una de las naves de la Basílica de la Sagrada Familia en Barcelona, España, donde se aprecian las columnas con aspecto de árboles que sostienen la bóveda. Antoni Gaudí, el arquitecto que inspiró la forma final de esta gran obra se inspiró en la naturaleza para su diseño arquitectónico. Fotografía: Miguel Ángel Antoñanzas, 2019 2 de 5 | Espectacular vista de las bóvedas de transmuto y cimientos de la fachada de la Gloria completadas en el 2000. La Sagrada Familia en Barcelona, España, fue dedicada al culto, y declarada basílica católica por el papa Benedicto XVI el 7 de noviembre del 2010. Se financia a través de donativos y las entradas de los turistas que acuden a visitarla. Fotografía: Miguel Ángel Antoñanzas, 2019 3 de 5 | En la Sagrada Familia en Barcelona, España, hay tres portadas monumentales, una de ellas dedicada a la pasión de Cristo, y es obra del escultor Josep María Subirachs. Este es uno de los guerreros que esculpió este artista cuyo estilo fue muy criticado en su momento. Fotografía: Miguel Ángel Antoñanzas, 2019 4 de 5 | Existe una pequeña iglesia debajo del altar de la basílica de la Sagrada Familia en Barcelona, España. Se puede atisbar desde un mirador acristalado detrás del altar. Fotografía: Miguel Ángel Antoñanzas, 2019 5 de 5
Era un templo, el de la Sagrada Familia, y se había comenzado a edificar el 19 de marzo de 1882 en el corazón del Eixample, o el Ensanche, con la intención de ordenar la urbanidad de una ciudad rebelde a las estructuras rígidas.
Crédito: PAU BARRENA/AFP via Getty Images
Detrás de su diseño rompedor, de su creación: un catalán, Antoni Gaudí, quien con tan sólo 31 años tomó las riendas de las obras dándole su impronta personal, creando algo magistral y que,140 años después, todavía está en construcción…
Porque las obras inmortales tienen su propio tiempo.