Desde hace años las tiendas baratas de ropa y accesorios se han hecho un hueco en los teléfonos de medio mundo, quien más o quien menos en alguna ocasión ha accedido a ellas para conocer las promociones. Son muchos los anuncios que nos aparecen en las webs al navegar o en las redes sociales, por eso antes o después tenemos que entrar a curiosear esas ofertas de las que tanto hablan. Shein es una de las tiendas que más ha crecido en los últimos tiempos, aunque su gran expansión no ha estado exenta de polémicas.

En mi caso también he entrado en Shein, he comparado precios frente a otras opciones y me he llevado alguna que otra alegría. Una de las mejores jugadas que guarda la app son los descuentos, hay siempre o casi siempre cupones que podemos añadir al carrito de Shein para rebajar un 15% o incluso más todo lo que queremos comprar. Una de las formas más comentadas en la red para conseguir dichos descuentos son los juegos de la aplicación móvil, los que han provocado muchos quebraderos de cabeza.

Los juegos de Shein. ¿Una pérdida de tiempo?

Antes de descubrir todo lo que iban a depararme los juegos de Shein y lo que la gente comentaba sobre ellos en profundidad, me decidí a probar por mí mismo todos los juegos que hay en la app. Entrando a nuestro perfil nos topamos con una sección llamada minijuegos, donde siempre encontramos al menos dos o tres formas de entretenernos y de paso llevarnos un regalo en forma de crédito para gastar en nuestros primos pedidos.

Sin embargo, estos juegos parecen más propios de una casa de apuestas, pues para “disfrutarlos” tenemos que pasar por el aro del azar. Todos o la mayoría de ellos se basan en una ruleta que tenemos que lanzar y lanzar para tener la suerte de que nos toca un descuento o regalo suculento en Shein. Lo que ocurre al terminar nuestras partidas gratis es que nos invitan a compartirlo con amigos en redes sociales o bien mediante WhatsApp, para conseguir así tiradas y opciones extras o de lo contrario será imposible llevarnos ese beneficio.

En otras ocasiones la finalidad única del juego pasa por invitar amigos para rebajar un producto o bien para poder acceder a un sorteo mágico, como en la propia app lo llaman. Sea como sea, tenemos que involucrar a más usuarios que ya existen y en algunos casos solamente es posible disfrutarlo invitando a personas que no se han registrado nunca.

Por mucho que juguemos en la app, por muchas horas que invirtamos de nuestro tiempo para que los amigos acepten nuestra propuesta, lo más habitual es que nos quedemos sin rebajas en Shein. En las redes sociales podemos ver como una y otra vez se repite la misma opinión, los juegos de Shein son una estafa. También debemos aclarar que en contadas ocasiones alguien ha conseguido algún beneficio, pero mínimo, no los grandes premios.

Este es solamente un lado de las opiniones, otras críticas son mucho más duras. Al otro lado de las redes sociales nos encontramos con aquellas personas que aún no han llegado al límite de la desesperación y siguen compartiendo su código de Shein en comentarios de TikTok, Instagram o en páginas de Facebook, confiando en que de una u otra manera les llegue la oportunidad de encontrarse con un suculento descuento.

Para saber realmente por qué tantas personas opinaban mal de los juegos de Shein, tenía que tratar de conseguir alguno de los regalos de los minijuegos y eso fue lo que hice. Elegí el primero de ellos, porque parecía el más sencillo de todos, solo necesitaba conseguir 3 gemas, invitando a mis amigos y me llevaría la oportunidad de obtener 200 euros. Fui un iluso y me emocioné como tantas otras personas, la primera invitación funcionó sin problemas, ya solo me faltaban dos gemas. Pero aquí comenzaron los problemas, las personas con quien compartía el código normalmente ya tenían la app y estaban registrados, por lo que no era válido.

Tras mucho buscar di con amigos que en algún correo electrónico no tenían Shein, pero por alguna razón la app les mostraba un error y con mi código no podían completar el proceso. Tampoco añadiendo a posteriori el código y eso me dejaba con menos posibilidades de acabar llevándome las gemas y el regalo. En mi perfil iban entornando los fallos, decidí rendirme al menos por el momento. Al día siguiente, cuando trate de retomar el juego e intentarlo de nuevo, se me había acabado el tiempo y, por lo tanto, tenía que empezar otra vez.

Como he podido comprobar, la frustración de los usuarios en redes sociales no es una invención, tras muchos intentos nos acabamos cansando y desistimos. Por esto, lo más habitual es que terminemos pensando que se trata de una pérdida de tiempo y de ilusiones.

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