David Broncano sabe cómo generar un buen salseo. El último tema del que ha dado que hablar el presentador de ‘La Revuelta’ ha sido los llamados ‘teléfonos tontos’. Y el momento no podría haber sido mejor elegido: un comité de expertos en España acaba de redactar un plan para proteger a los menores de la tecnología y, entre otras cosas, recomiendan que entre los 12 y los 16 años se priorice el uso de móviles analógicos.
Lo de Broncano es anecdótico y cualquiera puede hacer de su smartphone un ‘teléfono tonto’ de la misma manera que lo hace el presentador con una aplicación llamada, precisamente, ‘Dumb Phone’. El conductor de popular programa de televisión reconocía su adicción al móvil y afirmaba que su objetivo con esto es usarlo menos. De ahí haberlo convertido en un “iPhone soviético”.
Como ves, la app es para iOS y se puede descargar de manera gratuita, aunque luego tiene servicios de pago. Si eres Android, también existen alternativas, como por ejemplo la aplicación ‘Dumbify’.
Los riesgos del uso descontrolado de la tecnología
Al margen de Broncano y de cómo su popularidad podría lograr que de repente hasta tu vecina del quinto sepa lo que es —y quiera— un dumb phone, en España el debate sobre los ‘teléfonos tontos’ lleva días abierto. Como decía, el mencionado informe del Gobierno, elaborado por un comité de 50 expertos convocado por el Ministerio de Juventud e Infancia, busca responder a los crecientes riesgos que plantea el acceso temprano y prolongado a dispositivos digitales.
Este documento incluye un diagnóstico sociológico y neurocientífico sobre el impacto de la tecnología en los menores y detalla 107 medidas para completar el anteproyecto de Ley Orgánica para la Protección de los Menores en Entornos Digitales, actualmente en fase de consulta pública.
Entre las recomendaciones más destacadas se encuentran:
Prohibir el uso de dispositivos digitales en menores de 3 años y limitarlo a situaciones excepcionales hasta los 6 años.Fomentar el uso de teléfonos analógicos entre los 6 y los 12 años, priorizando actividades que promuevan el desarrollo físico y social, como el deporte.Limitar el acceso a redes sociales y promover la puesta en marcha de controles parentales entre los 12 y los 16 años, incluso en caso de emplear smartphones. Este apartado Australia lo ha llevado un paso más allá y directamente ha prohibido el uso en menores.Etiquetado obligatorio en dispositivos digitales para informar sobre los riesgos para la salud mental, el desarrollo cognitivo y la exposición a contenido inapropiado.
En España, el 70,6% de los menores entre 10 y 15 años ya posee un teléfono móvil, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE). Esta cifra aumenta drásticamente a partir de los 13 años y refleja una tendencia que preocupa a expertos y familias.
Los riesgos asociados incluyen:
Adicción digital: la Organización Mundial de la Salud (OMS) desaconseja el uso de pantallas antes del primer año de vida y limita su exposición a una hora diaria hasta los 5 años. El exceso de tiempo frente a las pantallas puede provocar problemas de atención y suplantar actividades esenciales para el desarrollo.Impacto en la salud mental: uno de cada cinco adolescentes españoles pasa más de dos horas al día en redes sociales como TikTok, según un estudio de las universidades Pompeu Fabra y Oberta de Catalunya. Esto puede generar dependencia, problemas de autoestima y un aumento del estrés.Exposición a contenido nocivo: sin herramientas de control parental, los menores están expuestos a materiales no apropiados, desde pornografía hasta desinformación.
El auge de los teléfonos tontos
¿Por qué los dumb phones son relevantes en plena era digital? La explicación es tan sencilla y a la vez tan compleja como lo que afirmaba el propio Broncano en su programa: estamos tremendamente enganchados al móvil.
Un reciente estudio de la española SPC afirma que en España hasta un 12,2% de los jóvenes ha optado por cambiar su smartphone por un dumb phone y un 19,5% conoce a alguien que lo ha hecho, siendo esta práctica especialmente significativa entre la Generación Z. El informe asegura que en nuestro país la media de uso diario de un teléfono inteligente está en torno a las cinco horas.
Los teléfonos analógicos son móviles básicos que, a diferencia de los smartphones, tienen funcionalidades muy limitadas. Se centran en las tareas esenciales, como realizar y recibir llamadas, enviar mensajes de texto y, en algunos casos, funciones adicionales mínimas como alarmas, calculadora o linterna.
Por supuesto, no suelen tener acceso a Internet o aplicaciones avanzadas, de manera que están emergiendo como una alternativa viable para mitigar esa adicción al móvil y otros de los riesgos que señalan los expertos.
Básicamente, sirven para sacar a los usuarios de la hiperconectividad que hoy en día suponen los smartphones y promover un uso más consciente de la tecnología. Pero quienes los utilizan señalan también otras ventajas, como que son más baratos, que son más seguros o que la batería, obviamente, dura mucho más.
Nokia ha sido una de las marcas más populares en liderar esta corriente, pero en España también tenemos nuestra propia versión de ‘teléfono tonto’ con SPC. Asimismo, otras compañías como Maximiliana están apostando por sistemas dirigidos a personas mayores que simplifiquen la experiencia con el dispositivo como si se tratara de un móvil analógico.
Mientras, las grandes tecnológicas compiten por desarrollar móviles cada vez más listísimos, con funciones que van desde la inteligencia artificial hasta la realidad aumentada. Quieren hacer que sus dispositivos sean indispensables e incluso una extensión de nuestra mano. Sin embargo, puede que lo que nos espere en el futuro sea por fin pasar del teléfono y mirarnos a las caras mientras tomamos un café.