Previo al partido de ayer, entre las Águilas Cibaeñas y los Leones del Escogido, en el Estadio Quisqueya Juan Marichal, se produjo un incidente molesto que, por suerte, no pasó de un desagradable momento pero que pudo haber tenido consecuencias mayores si los jugadores visitantes de las Águilas se hubieran encontrado en el clubhouse de visitantes.
La ruptura de una tubería que pasa por encima del vestidor para los equipos de la ruta del lado izquierdo del parque (del lado del Licey), provocó un desplome de parte del techo y una inundación que obligaron al personal de apoyo de las Águilas a retirar todas las pertenencias de los jugadores y trasladarlas al clubhouse debajo de las gradas del Escogido.
Esto solo es otra señal más de la imperiosa necesidad de un nuevo estadio para jugar pelota invernal en la capital de la República Dominicana.
Los proyectos públicos han fracasado todos, pues no parece haber interés de construir un nuevo parque de béisbol.
Pero ojo, solo si se habla de béisbol, pues al Estadio Olímpico Félix Sánchez el Estado ya le ha invertido más de US$20 millones solo en el terreno de fútbol y el sistema eléctrico para los Juegos Centroamericanos y del Caribe… y para los conciertos.
Además, al Palacio de los Deportes Virgilio Travieso Soto, el gobierno también le está invirtiendo en exceso de los US$8 millones para los mismos Juegos Centroamericanos del 2026.
Las alianza público privadas para un nuevo estadio de béisbol no han podido concretarse porque, por lo visto, no son prioritarias para aquellos que no están ligados a ese deporte.
Ya es tiempo, entonces, de que el sector privado vinculado al béisbol apueste a sí mismo y que finalmente levante un estadio decente para la afición y para los propios jugadores.
Obviamente, un proyecto de esa envergadura tomará tiempo de devolver la inversión, pero lo mismo sucede con los centros comerciales y demás construcciones que se hacen en el país.
Este es un tema que no debe seguir postergándose y deben recordar los involucrados (que son muchos) que los dividendos por concepto de conciertos, actividades y demás, pueden convertir una instalación moderna en una verdadera mina de oro… si se quiere.
El Estadio Quisqueya Juan Marichal cumple 70 años el 23 de octubre. Ya es tiempo de buscarle un sustituto.