Armando Benedetti, figura controversial en el gobierno de Colombia

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Un antiguo alfil de la derecha es la manzana de la discordia del primer gobierno izquierdista de Colombia y protagonista de una crisis con tintes de telenovela: Armando Benedetti, la controvertida figura que el presidente Gustavo Petro defiende a ultranza.

Lenguaraz, explosivo, investigado por corrupción y denunciado por violencia de género, Benedetti (57 años) fue clave en el ascenso de Petro al poder. Pero su presencia en el gabinete desde la semana pasada desata una crisis entre el mandatario y buena parte de sus ministros y altos funcionarios.

Estos sus principales momentos con el gobierno de Petro.

¿Violó los límites de campaña?

Como congresista Benedetti apoyó al expresidente Álvaro Uribe, máxima cabeza de la derecha colombiana, y a su sucesor Juan Manuel Santos.

En 2022, Petro lo nombró gerente de su campaña como parte de una estrategia para llegar al poder respaldado por sectores de la política tradicional.

Tras la investidura del izquierdista, Benedetti fue nombrado embajador ante Venezuela.

Pero en un giro dramático se convirtió en un hombre incómodo para el gobierno, pues la autoridad electoral CNE lo incluyó en una investigación por presuntas violaciones a los límites de gastos en la carrera a la presidencia.

Por aquellos días la prensa filtró algunas de sus conversaciones telefónicas con la mando derecha de Petro, Laura Sarabia, en las que la insultaba y le aseguraba que si contaba la verdad «todos» iban a ir a prisión.

«Ahora sí te estoy amenazando hijueputa (hija de puta). A ti y al presidente«, fue una de las frases que emitió.

Nunca se conoció a qué se refería en la llamada.

La investigación del CNE sobre los libros contables de la campaña está en curso y podría repercutir en un juicio político si llega al Congreso. Petro asegura que se trata de un intento de «golpe de Estado«.

¿Un maltratador?

Benedetti salió de Caracas y meses después fue nombrado como embajador ante la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) en Roma.

En julio de 2024 medios españoles revelaron que su esposa, Adelina Guerrero, lo denunció en ese país por supuestamente tomar un cuchillo y amenazarla con hacerle daño.

Pese a los fuertes cuestionamientos, se mantuvo en el gobierno.

Mientras ostentaba el cargo ante la FAO, reveló lo que era un secreto a voces: que era adicto a la cocaína y se había sometido a un tratamiento de desintoxicación.

El primer canciller de Petro, Álvaro Leyva, ya lo había tildado de «drogadicto» y su reemplazo, Luis Gilberto Murillo, le abrió un proceso disciplinario por la supuesta agresión a su pareja.

Todos contra Benedetti

Tras meses de silencio y distanciamiento, Benedetti apareció el 3 de febrero como en los viejos tiempos, sentado junto a Petro y en un consejo de ministros y directores de los principales organismos del Estado.

La reunión se transmitía en vivo y se convirtió en una suerte de «reality» por los canales oficiales. En disgresiones prolongadas, el mandatario habló de segundas oportunidades y presentó al exembajador como jefe de despacho mientras reprendía a sus funcionarios por incumplir las metas del gobierno.

La vicepresidenta, Francia Márquez, fue la primera en responder y arremeter contra Benedetti y Sarabia, recientemente elegida como canciller:

«No comparto (…) su decisión de traer a este gobierno a estas personas», dijo evidentemente molesta.

Luego siguió la ministra de Ambiente, Susana Muhamad: «como feminista y como mujer yo no me puedo sentar en esta mesa» con Armando Benedetti, expresó con la voz entrecortada.

Otros tres de los más fieles servidores de Petro las respaldaron mientras el gobierno se desmoronaba en directo por las redes sociales y la televisión.

Petro desoyó esos reclamos y le dio un espaldarazo a Benedetti al compararlo con Jaime Bateman, su faro ideológico y fundador de la guerrilla del M-19, a la que el presidente perteneció en su juventud.

«Tiene una especie de virtud, que es ser loco«, dijo el mandatario mientras Benedetti reía.

Próximo capítulo: «Papá Pitufo»

El domingo, el presidente pidió la renuncia a todo su gabinete.

Entre el pelotón que chocó contra Benedetti estaba Augusto Rodríguez, excompañero de Petro en el M-19.

En la reunión soltó que tenía información de un encuentro durante la campaña del exdiplomático con alias Papá Pitufo, el mayor contrabandista del país.

Una nueva bomba estalló tras esa revelación. El propio Petro reconoció que el traficante entregó dinero al estratega político catalán Xavier Vendrell, pero él le dio la orden de devolverlo cuando se enteró.

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