Luego de haberse completado 9 fechas del calendario de la temporada de Fórmula 1 en 2025, el momento en el que se encuentra Lewis Hamilton en Ferrari está muy lejos de lo que se esperaba de la unión entre el equipo más ganador en la historia de la categoría con el piloto más laureado en los 75 años del deporte.

Y aunque el piloto británico tiende a mejorar en la segunda parte de la temporada, ya existen los comentarios de que el matrimonio entre la scuderia y Sir Lewis no va a terminar bien.

Antes de querer decir que sabemos lo que está pasando con el siete veces campeón debemos adentrarnos al entorno de un Lewis Hamilton que por primera vez en su carrera profesional no conduce un motor Mercedes y que no cuenta cco el apoyo de Peter Bonnington, su antiguo ingeniero de carrera, y ahora busca sobrevivir a su primera campaña de rojo dependiendo directamente del soporte de Ricardo Adami.

No hay que dar muchas vueltas: Ferrari está a años luz de funcionar como funciona Mercedes o como en los tiempos de Ron Dennis funcionaba McLaren. Ya hace 16 años de la salida de Jean Todt en enero de 2009 y la escuderiía se encuentra de nuevo en la misma situación de las últimas temporadas: sin carro, sin concepto, sin estrategia y ahora completando el combo sin información en tiempo real, una de las piezas claves para la adaptación de un piloto de F1.

Durante la pretemporada, el director general de Ferrari, Fred Vasseur, habló sobre como la escudería iba a sacar el mayor rendimiento de su dupla de pilotos, incluso, hasta modificando el volante del SF25 de Hamilton colocando el embargue a la misma altura que el Mercedes y configurando los botones del mismo para acelerar la adaptación del británico a un nuevo equipo por primera vez en 12 años.

Pero el mayor problema que entendemos afecta a Hamilton en estos momentos, es la relación con su ingeniero de pista, el italiano Ricardo Adami, una sociedad que no funciona desde la primera fecha en Australia y que sólo ha ido empeorando mientras pasa el tiempo, incluso, en una carrera, Lewis le preguntó si estaba molesto y obtuvo el silencio como respuesta.

A veces vemos a los pilotos subir al podio y quedarse con toda la gloria, pero detrás de cada campeonato hay un equipo inmenso de ingenieros, mecánicos y estrategas trabajando por esos resultados que sólo se logran cuando el piloto tiene la información detallada y en tiempo real de lo que sucede en pista. El problema, es que Lewis no sólo no tiene la información a tiempo, es que en la mayor parte de las veces ni la tiene.

Solo hay que recordar el GP de Japón en donde Hamilton le preguntó al ingeniero en qué lugares estaba perdiendo tiempo en su vuelta respecto a los pilotos de punta y Adami le dio información a medias, porque le dijo donde estaba perdiendo tiempo, pero no dijo el otro dato importante que es la diferencia del tiempo (ejemplo: en la curva 3 pierdes dos décimas y media de segundo). Ese tipo de información es que ayuda al piloto a ajustar durante la carrera su conducción para poder maximizar el resultado.

Este es un deporte de equipos pero Hamilton está remando más lento y con una venda en los ojos y la paridad de la parrilla actual también le juega en contra.

Quizás la señal más clara de que Ferrari no ha cambiado su errónea forma de operar es la decisión de no evolucionar el concepto del SF-24, un monoplaza que le trajo cinco victorias al equipo la temporada y que estuvo a 14 puntos de ganar el campeonato de constructores, para crear un modelo 99% diferente en el último año de un reglamento en el que la escudería ha tenido más fallos que logros.

El miedo de los tifosi se hizo realidad desde las pruebas de pretemporada en las que tanto Hamilton como su compañero de equipo, Charles Leclerc, comentaron sobre la falta de rendimiento del nuevo concepto, un tema preocupante ya que 2025 no se le debería dedicar tanto tiempo a los monoplazas actuales si no, tratar de sacar el mayor provecho al nuevo reglamento que entra en vigencia en 2026.

Ni una ni la otra. Ferrari pasó de tener un carro ganador a uno con menos rendimiento que un Williams y lo que empeora la situación es que el equipo al principio dijo que no entendía a fondo el nuevo concepto para luego admitir que saben cuál es el problema pero que no saben cuando o si será solucionado mientras que McLaren va en modo crucero rumbo al campeonato de constructores.

¿Cómo se relaciona esto con Hamilton? Lo primero es en la puesta a punto, al no tener data suficiente sobre este concepto para poder adaptar el monoplaza de manera que el británico pueda sacarle el mayor rendimiento, el equipo regularmente hace cambios de una sesión a la siguiente que afectan directamente la manera en la que el SF-25 se comporta a lo largo del circuito; y lo segundo, es de cara al desarrollo del monoplaza donde ni equipo ni los pilotos pueden generar una retroalimentación efectiva porque nadie sabe qué es lo que está generando el fallo.

En resumen, Hamilton solo sabe que al SF-25 le falta velocidad punta y que no responde a su estilo de conducción, mientras que Ferrari dice que el potencial está ahí aunque no saben cuándo aparecerá.

Hamilton ya no es ese Hamilton

Regularmente lo más difícil para un profesional es mantener la motivación luego de ganarlo todo y aparentemente eso no se le escapa a Lewis Hamilton y es algo curioso porque tras su primer campeonato en 2008, el rendimiento de McLaren fue desapareciendo pero Hamilton siempre se mantenía empujando y en muchas ocasiones logrando victorias en un monoplaza que no estaba para mucho.

Esa hambre del joven Hamilton, ese deseo de siempre ir más allá, no se siente, al contrario, ahora vemos a un Lewis con una mirada algo vacía, haciendo comentarios sobre la incertidumbre ante su falta de rendimiento frente a un Charles Leclerc que si bien es cierto no está al 100% cómodo con la situación actual de Ferrari, al menos se ve con mayor ánimo de intentar algo diferente en busca de un podio o victoria.

Ahí es que radica parte del asunto: Leclerc siempre trata de conseguir el mejor resultado para Ferrari lo que muchas veces lo ha llevado a sobreconducir el monoplaza causándole errores graves, mientras que Hamilton parece estar guardando esas energías para el momento en que todo esté en orden algo que podría no pasar porque el futuro inmediato de Ferrari es muy incierto.

Podríamos entrar en la discusión sobre si la edad está afectando el rendimiento del británico, pero si tomamos como referencia la carrera sprint de China y la remontada en el GP de Imola, podemos concluir que cuando las condiciones se dan, Hamilton aún es capaz de extraerle el máximo a su monoplaza.

Aún alta mucho dentro del acuerdo entre Hamilton y Ferrari para poder determinar si su paso por la scuderia terminará como un fracaso pero, actualmente, todo apunta a que ese matrimonio no terminará de manera amigable y lo amargo del caso es que un piloto de la talla de Hamilton no se merece ese resultado.

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