La Compañía de Jesús en la República Dominicana manifestó ayer su “profunda preocupación” por las políticas migratorias impulsadas por el presidente Luis Abinader, en particular por las repatriaciones masivas de migrantes, que, según denuncian, se han ejecutado con violencia, discriminación étnica y violaciones al debido proceso.
A través de un comunicado de prensa, califica de “estado de excepción” la situación generada por las medidas anunciadas por el mandatario en octubre de 2024, las cuales planteaban la expulsión semanal de diez mil personas en situación migratoria irregular.
Según los jesuitas, estas acciones se han focalizado principalmente en ciudadanos de origen haitiano, como “desgraciadamente era de esperar”.
La orden religiosa advierte sobre el impacto de estas políticas en los derechos humanos, recordando que la República Dominicana es signataria de convenios internacionales que obligan al respeto del debido proceso, la unidad familiar y la protección de los más vulnerables, como menores y mujeres embarazadas.
Detenciones arbitrarias
Asimismo, los jesuitas expresan alarma por denuncias de detenciones arbitrarias de dominicanos afrodescendientes y tratos indignos durante las interdicciones migratorias. Estas prácticas, afirma el comunicado, “no solo deshonran nuestros principios como nación, sino que generan un clima de temor e incertidumbre”.
Aunque reconocen que algunos reportes internacionales, como el publicado en Vatican News, han incurrido en juicios exagerados, como el uso del término “tortura”, sostienen que la forma en que se están aplicando las medidas migratorias deja una imagen negativa del país ante la comunidad internacional.
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Frente a esta coyuntura, la Compañía de Jesús aboga por una política migratoria “integral, justa y humana”, centrada en la regularización de quienes contribuyen al desarrollo nacional.
Citan como ejemplo de visión pragmática y humana los planteamientos del director del Instituto Nacional de Migración, Wilfredo Lozano, que incluyen control fronterizo coordinado con el desarrollo, persecución de redes de trata, regulación laboral efectiva y modernización institucional.
Su llamado
Los jesuitas llaman al gobierno, partidos políticos, empresarios y sociedad civil a participar en un diálogo inclusivo en el marco del Consejo Económico y Social, para construir una política migratoria basada en la justicia, la solidaridad y la dignidad humana.
“El proceso de deportación masiva debe parar inmediatamente”, afirman, apoyando una propuesta del Centro Montalvo que pide una evaluación caso por caso y la promoción de una cultura de hospitalidad.