Filosóficamente, no hay nada tan malo y tan malo, que de algo bueno carezca. Y, probablemente, dos elementos buenos que traerá la violenta situación en medio oriente (léase Israel-Irán), serán: la reformulación de la Organización de las Naciones Unidas, y (para el Caribe, específicamente) la normalización de las relaciones económicas y diplomáticas con Cuba, eliminando el injusto bloqueo que le impuso Estados Unidos con el único respaldo de Israel.
Las Naciones Unidas nacieron oficialmente el 24 de octubre de 1945, después de que la mayoría de los 51 Estados Miembros signatarios del documento fundacional de la Organización, la Carta de la ONU, la ratificaran.
La ONU nació como una necesidad para evitar nuevas guerras mundiales y para resolver de forma pacífica los problemas que pudieran suscitarse entre los países miembros Pero además, visualizaba intervenir técnica y pacíficamente en los problemas suscitados entre países no miembros. Sin embargo, con el paso del tiempo, y a menos de menos de 20 años de su creación, la ONU había dejado de lado el esperanzador objetivo de paz mundial con que había nacido.
La “paz mundial” quedó sólo como un slogan de las candidatas a concursos de belleza. En tanto, el mundo avanzaba de nuevo hacia la confrontación violenta -primero regional: Indochina; luego oriente medio- y es en esta última región donde se ha manifestado la mayor violencia, protagonizada por Israel con el respaldo de los Estados Unidos.
Aún hoy, 19 de junio del 2025, y ya con una fuerte declaración de la República Popular China, no está definido si el conflicto se detendrá o aumentará, habida cuenta de la posible incorporación de los Estados Unidos -como aliado de Israel-, y la consecuente incorporación de Rusia y China como aliados de Irán y defensores del derecho a existir de Palestina.
Para el Caribe, la reorientación de la ONU hacia los propósitos que le dieron origen, la conducirían hacia la solución de varias situaciones:
1. El equilibrio de las relaciones (económicas, diplomáticas, políticas y culturales) entre la República de Cuba y el resto del mundo.
2. La estabilización (política, económica y social) de la República de Haití.
3. La estabilización de las relaciones (diplomáticas y económicas) entre los países del Caribe y la República de Venezuela;
y 4. La recuperación y normalización de las relaciones archipielágicas (económicas, diplomáticas, de comunicación y de tránsito) entre todas los estados-islas del Caribe insular, recuperando así mismo los esfuerzos de visibilización y fortalecimiento entre los pueblos originarios isleños, y entre los pueblos originarios de todo el continente y los estados-islas.
En términos generales, y por lo que se ve, con la actual posición de Rusia y China frente a la situación Israel-Irán; y si los Estados Unidos y los países miembros de la OTAN desisten de su presunción como supuestos árbitros de occidente, hay esperanza de que las cosas cambien para bien.
¡Apostémos porque estalle la paz!
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