Defensores de los derechos civiles y de los inmigrantes exigieron este lunes a la FIFA que garantice un entorno seguro y libre de operativos migratorios durante el Mundial 2026, luego de denuncias sobre la presencia de agentes federales en los partidos del Mundial de Clubes, que ha generado miedo entre los aficionados y provocado que los estadios luzcan semivacíos.
En una rueda de prensa frente a la sede de la FIFA en Miami, portavoces de media docena de organizaciones señalaron que los aficionados asisten para disfrutar del fútbol y las estrellas mundiales, “no para ver Alligator Alcatraz”, en referencia al polémico centro de detención migratoria construido en los Everglades, Florida.
Yareliz Méndez, coordinadora de política de American Friends Service Committee (AFSC), expresó una demanda clara para los directivos de la FIFA: “que no haya presencia de ICE” (Servicio de Control de Inmigración y Aduanas).
Además, Méndez hizo un llamado a las autoridades de la ciudad de Miami y del condado Miami-Dade para que detengan la colaboración entre la policía local y las autoridades migratorias mediante los acuerdos 287(g), recientemente aprobados y que, según dijo, “están causando caos, miedo e incertidumbre” en la comunidad.
Este temor, recordaron los activistas, está afectando la asistencia a los partidos del Mundial de Clubes, que comenzó el 14 de junio y para el que el condado ha invertido 46 millones de dólares.
“Algunos boletos se han vendido por menos de cuatro dólares y aun así los estadios están vacíos”, denunció Thomas Kennedy, responsable de política en la Coalición de Inmigrantes de Florida (FIC).
Will Mann, abogado de Community Justice Project, subrayó que los acuerdos 287(g) convierten a las fuerzas locales en extensiones de ICE, lo cual es “extremadamente peligroso para residentes que viven con miedo diario de ser detenidos en cualquier actividad cotidiana”.
Mann advirtió que este panorama puede tener consecuencias aún más graves en el Mundial 2026: “Será una tragedia humanitaria y una vergüenza internacional”.
En esa línea, Paul Christian Namphy, representante de Family Action Network Movement (FANM), exigió a la FIFA una garantía pública de que se respetarán los derechos y la dignidad de todos los asistentes y trabajadores, porque de lo contrario el Mundial será recordado “como un lugar donde reinó el caos”.
Los activistas también criticaron a la alcaldesa del condado Miami-Dade, la demócrata Daniella Levine Cava, a quien acusaron de “faltar a su liderazgo” por no pronunciarse ante las operaciones migratorias.
- “Ella forma parte del comité organizador de los juegos; si no se ha pronunciado, es un error suyo”, afirmó Méndez.
El foco en los caimanes y no en los jugadores
Los activistas señalaron además la mala imagen que está generando la política migratoria de la Administración del presidente Donald Trump. Mientras en Miami se disputa el Mundial de Clubes, la atención nacional se dirige hacia los Everglades, zona de pantanos al este de la ciudad.
Las organizaciones denunciaron la apropiación de terrenos valorados en 195 millones de dólares para construir un nuevo centro de detención migratoria, conocido como ‘Alligator Alcatraz’, un polémico megaproyecto carcelario impulsado por el gobernador de Florida, el republicano Ron DeSantis, quien mañana recibirá la visita del presidente Trump.
Los activistas anunciaron que protestarán en los Everglades durante la visita presidencial.
Finalmente, los colectivos hicieron un llamado directo a la FIFA: “Protejan a sus fanáticos. No permitan que ICE entre a los estadios. Si lo hacen, perderán dinero, reputación y el espíritu mismo de estos juegos”, sentenció el documentalista Billy Corben, quien acudió para apoyar a las organizaciones activistas.