Cuando el tipo de cambio de un país registra que el precio de la moneda extranjera cada vez es mucho mayor en relación a la moneda local se asiste a lo que la literatura económica denomina deterioro cambiario, también conocido como devaluación o depreciación.
Y esto lo que significa es que la moneda local ha ido perdiendo valor frente a la moneda extranjera, implicando esto que los consumidores requieren una mayor cantidad de la moneda local para obtener la misma cantidad de la moneda extranjera, lo que en la práctica se traduce en una reducción del poder adquisitivo, situación que hace que los bienes y servicios de origen importados incrementen su precio.
Ante tal situación, la economía tiende a transitar por una fase denominada riesgo cambiario fruto de que se incrementa la posibilidad de pérdida de la inversión que tienen los agentes económicos que tengan que utilizar monedas extranjeras, el cual en el mercado es un activo muy volátil.
Y es que se trata de un riesgo que no puede ser descartado mediante estrategias como lo sería la diversificación, algo de lo que deben estar muy consiente los inversores que compran activos financieros con moneda extranjera.
En un escenario de deterioro cambiario se generan grandes tensiones en la anatomía funcional de la economia por la fragilidad que se engendra, razón por la cual en lo inmediato lo que se procura es neutralizar o mitigar el riesgo que se genera en el tipo de cambio.
Es muy probable que ante tensiones cambiaria se piense en apelar al uso de determinados instrumentos financieros como son el contrato de forward, esto es para compra y venta de una moneda a un plazo determinado para evitar sobresaltos, al no considerar el tipo de cambio que esté vigente en ese momento, pero también se puede desarticular el riesgo mediante operación de swaps de divisas.
La figura del deterioro cambiario se puede interpretar en dos enfoques que por lo general se prestan a confusión como es el caso de la depreciación y la devaluación, a pesar de que ambos términos permiten explicar una caída del valor de una moneda en relación a otra moneda.
Sin embargo, existe una marcada diferencia en el entendido de que una devaluación se da fruto de la intervención de la autoridad monetaria para buscar que su moneda se devalúe como parte de la ejecución de la política monetaria, en tanto que la depreciación ocurre por sí sola y como consecuencia de la libre oferta y demanda.
En el contexto planteado, al observar el deterioro del tipo de cambio, peso/dólar, se aprecia que para adquirir una unidad de dólar se requiere tener más de RD$ 63.00 pesos dominicano.
Traducido a la realidad esto se puede interpretar en que todos los bienes y servicios importados tienden a encarecerse, en tanto que las exportaciones de los mismos se abaratan, situacion que termina afectando la balanza comercial del país.
Para el caso de la economía dominicana, el deterioro del tipo de cambio a niveles sin precedentes histórico, lo que se está evidenciando es que los signos vitales de la economía están dando señales de una fragilidad inocultable, lo cual se pone de manifiesto con la ralentización en el crecimiento del PIB.
En efecto, basta destacar que conforme con las cifras del Banco Central, IMAE, en el primer semestre 2025 la economía registró un anémico crecimiento de 2.3%, pero de 2,4%, al incluir el mes de julio, esto es, un 50% inferior al proyectado 5% para fin de año.
Preocupa que sectores dinámicos de la economía muestren desaceleración y lentitud en su comportamiento en el primer semestre 2025, tales como la manufactura local, zona franca, agropecuaria, hoteles, bares y Restaurantes, comunicaciones, construcción, energía y agua.
Esta ralentización en la economía obedece en una alta proporción a la contracción del PIB, expresada en la pérdida del liderazgo regional, situación que puede estar explicada por razones multifactoriales, en particular, el factor confianza y la inefectividad de la política monetaria.
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