La keniana Faith Kipyegon deslumbró una vez más con una victoria apabullante en 1,500 metros, donde conquistó un cuarto oro mundial, este martes en Tokio, donde la venezolana Yulimar Rojas volvió de su grave lesión con un pase por la vía rápida a la final de triple salto.
En la anterior edición de Budapest 2023, Kipyegon ya había deslumbrado con un doblete de oros 1,500-5,000 metros, algo que intentará repetir en la capital japonesa.
Por el momento ha cumplido ya la primera parte de su reto, imponiéndose con un tiempo de 3:52.15, por delante de su compatriota Dorcus Ewoi (3:54.92, plata) y de la australiana Jessica Hull (3:55.16), bronce.
El oro de este martes se une a los otros tres mundiales que tenía ya en 1,500 metros, los de 2017, 2022 y 2023, a lo que suma las platas de 2015 y 2019.
Con oros en los tres últimos Juegos Olímpicos en los 1,500 metros y el récord mundial de la distancia (3:48.68), el reinado de Kipyegon en el ‘milqui’ no tiene duda posible.
«Después de haber mejorado el récord del mundo (en julio en Eugene), quería defender mi título aquí. Este deporte me sigue motivando. Siempre tengo que forzar mis límites para ser la mejor», declaró Kipyegon.
Tinch sucede a Holloway
La otra final estelar de la velada tokiota era la de 110 metros vallas, donde hubo traspaso de poderes dentro del ‘Team USA’: Cordell Tinch sucede en el palmarés al campeón olímpico Grant Holloway, apeado en semifinales.
A sus 25 años y avalado por haberse situado este año como el cuarto hombre más rápido de la historia (12.87) en la distancia corta de las vallas, Tinch acabó esta vez en 12.99 y mantuvo el dominio estadounidense en una prueba donde Jamaica se quedó con el segundo y el tercer lugar, con Orlando Bennett (13.08) y Tyler Mason (13.12).
«Me alejé de la pista durante unos años (de 2020 a 2023), pero no me arrepiento. Quizás si no hubiera tenido esa pausa hoy no sería campeón del mundo», afirmó.