El Tercer Tribunal Colegiado del Distrito Nacional condenó a Jairo Joel González Durán a ocho años de prisión, que deberá cumplir en el centro penitenciario Najayo Hombres, tras hallarlo culpable de asociación de malhechores, estafa por falsa calidad y ejercicio ilícito de actividades propias del mercado de valores.
Además, el tribunal le impuso una multa equivalente a 300 salarios mínimos del sector financiero y el pago de indemnizaciones civiles que en conjunto ascienden a 890 millones 350 mil pesos.
La sentencia estableció que González, junto al coimputado Kelmin Santos Rodríguez, operó una estructura dedicada a captar dinero de inversionistas bajo el argumento de transacciones en «valores virtuales» y negocios financieros que nunca contaron con autorización ni supervisión de las autoridades competentes.
De los 890.35 millones de pesos en indemnizaciones civiles, 424,300,000.00 de pesos serán pagadas solidariamente con el imputado Kelmin Santos Rodríguez.
En numerosos casos, el tribunal declaró la condena civil de manera solidaria, lo que significa que tanto González como Santos pueden ser requeridos a pagar el total de las sumas fijadas a las víctimas.
Kelmin Santos en prisión suspendida pero con dinero por pagar
Kelmin Santos fue condenado a cinco años de prisión, pero con suspensión total de la pena, bajo estrictas reglas de conducta. Entre estas figuran mantener domicilio fijo, abstenerse de portar armas, no incurrir en consumo abusivo de alcohol, realizar 60 horas de trabajo comunitario, aprender un oficio y someterse a programas de formación.
El tribunal advirtió que cualquier incumplimiento de estas obligaciones aactivaría la ejecución de la condena en prisión.
En lo civil, los jueces acogieron parcialmente las demandas de más de 270 personas y entidades afectadas. Las indemnizaciones fijadas oscilan entre 700 mil y 37 millones de pesos, con un promedio cercano a los tres millones por cada reclamante.
El monto más recurrente fue de dos millones de pesos, cifra otorgada en un centenar de casos. En el extremo superior, se registraron condenas que superan los diez millones de pesos, lo que refleja la magnitud del perjuicio económico causado.
Además del resarcimiento, el tribunal impuso costas penales y civiles a González y Santos, y ordenó decomisos sobre determinados bienes vinculados al caso. Al mismo tiempo rechazó solicitudes de decomiso de propiedades y vehículos pertenecientes a terceros no responsables, entre ellos un apartamento y varias unidades de alto valor.
En lo penal, los jueces descartaron los cargos de lavado de activos y estafa informática, al considerar que no se aportaron pruebas suficientes para sostener esas tipificaciones. Sin embargo, concluyeron que la captación irregular de fondos bajo la apariencia de inversiones seguras quedó acreditada, constituyendo estafa y ejercicio ilegal de actividades financieras.
La lectura íntegra de la sentencia fue fijada para el 4 de noviembre de 2025. A partir de esa fecha comenzarán a correr los plazos para las apelaciones.
Con este fallo, el tribunal no solo condena a prisión a Jairo González, sino que abre la puerta a la ejecución de embargos y otras medidas de cobro para intentar recuperar parte de los fondos invertidos por cientos de personas que fueron estafadas.