La victoria de los Tigres del Licey anoche ante los Gigantes del Cibao volvió a encender una discusión vieja en el béisbol dominicano: la interpretación de la obstrucción en el plato.
El partido estaba empatado 3–3 en el cierre del octavo episodio cuando Mel Rojas Jr. corría de tercera a home en una jugada que parecía iba a ser capturado y esperado con la banda de música.
El árbitro decretó out, pero tras revisión en cabina la decisión fue revertida a safe. La carrera cambió el liderazgo del juego y puso a Licey arriba 4–3, que fue clave en un triunfo que se decidió 5 a 4 por un hit de oro.
La polémica no tardó. Una parte de los seguidores del béisbol entendió que el receptor tenía derecho a ocupar el plato; otra, que había interferido en la trayectoria del corredor.
Como suele ocurrir, la discusión se centró en un término técnico que, aun estando definido en el reglamento, depende en gran medida de la apreciación arbitral.
¿Qué es obstrucción según las reglas del béisbol profesional?
De acuerdo con las Reglas Oficiales del Béisbol Profesional (como las aplicadas en MLB, referencia normativa para casi todas las ligas), la obstrucción ocurre cuando un jugador defensivo bloquea la ruta de un corredor sin tener la pelota ni estar en proceso de fildearla.
En esos casos, el corredor tiene derecho a la base que, a juicio de los umpires, habría alcanzado de no mediar la interferencia.
En jugadas en el plato, esta regla suele generar confusión porque se combina con la protección del receptor cuando intenta hacer una jugada legítima. Sin embargo, el principio central es claro:
- Si el receptor no posee la pelota y su posición impide al corredor avanzar, puede considerarse obstrucción.
¿Por qué la obstrucción genera tantos debates?
Históricamente, jugadas cerradas en home han sido revisadas y revertidas en MLB y en ligas invernales, precisamente por lo difícil que es establecer dónde termina el derecho del receptor a defender y dónde comienza el derecho del corredor a anotar limpiamente.
En el caso del juego Gigantes–Licey, los árbitros de revisión determinaron que el corredor debía ser decretado safe, lo que convirtió la acción en decisiva para el marcador final.
Decenas de juegos en la última década han tenido jugadas controversiales en home relacionadas con obstrucción. La introducción del replay buscó uniformar criterios, pero las diferencias de interpretación persisten.
La liga dominicana no es ajena a ese desafío. Cada temporada trae al menos una jugada que divide a la fanaticada, y este partido entre Gigantes y Tigres se suma a esa lista. Lo que para unos fue una aplicación correcta del reglamento, para otros fue una lectura excesivamente estricta.
Sobre todo en una rivalidad en la que históricamente los fanáticos de los Gigantes se consideran que han sido afectados con decisiones arbitrales ante los Tigres durante décadas.


