La Estrategia de Seguridad Nacional del Gobierno de Donald Trump, publicada por la Casa Blanca este viernes, no solo aborda su política exterior y su posicionamiento en el hemisferio como una prioridad de seguridad nacional, sino que también expone su visión sobre la estrategia de los aliados europeos y los problemas que enfrenta el continente.
De acuerdo con el informe de 33 páginas, Europa afronta problemas más profundos que el gasto militar insuficiente y el estancamiento económico, que ha reducido su participación en el PIB mundial del 25 % en 1990 al 14 % en la actualidad.
Según detalla el documento, esta situación se debe, entre otros factores, a “las regulaciones nacionales y transnacionales que socavan la creatividad y la laboriosidad”.
“Queremos que Europa siga siendo europea, que recupere su autoconfianza civilizatoria y que abandone su fallido enfoque en la asfixia regulatoria”, señala el texto.
El presidente Donald Trump sostiene que el principal problema que enfrenta el continente europeo es la desaparición de su civilización y advierte que, si los aliados mantienen las tendencias actuales, en 20 años o menos la región será irreconocible.
La estrategia también identifica otros desafíos: políticas migratorias que “están transformando el continente”, censura a la libertad de expresión, supresión de la oposición política, desplome en las tasas de natalidad y pérdida de identidades nacionales.
Relación Europa y Rusia
Según el texto, la falta de confianza de los aliados se refleja en la relación de Europa con Rusia. Resalta que los países europeos tienen una importante ventaja de poder sobre Rusia en la mayoría de los aspectos, menos en el ámbito de las armas nucleares.
Esto se deja ver en la guerra de Rusia y Ucrania, la que trajo como consecuencia las relaciones con el país asiático que se han visto deteriorada y muchos europeos consideran a Rusia una amenaza existencial.
En este contexto, Estados Unidos se presenta como un actor indispensable para gestionar la estabilidad regional. Según el texto, será necesaria una “fuerte intervención diplomática estadounidense” para restablecer la estabilidad estratégica en la masa continental euroasiática y reducir el riesgo de conflicto entre Rusia y los países europeos.
“Nuestro objetivo debería ser ayudar a Europa a corregir su trayectoria actual. Necesitaremos una Europa fuerte que nos ayude a competir con éxito y que colabore con nosotros para evitar que cualquier adversario domine Europa”, expresa el documento.
Estados Unidos pretende trabajar con países alineados a desear restaurar su antigua grandeza, ya que consideran tienen un “profundo apego al continente europeo”, especialmente con Gran Bretaña e Irlanda.
“El carácter de estos países también es estratégicamente importante, ya que contamos con aliados creativos, capaces, seguros y democráticos para establecer condiciones de estabilidad y seguridad”.


