En los últimos años, los drones se han convertido en protagonistas de la guerra moderna. Por ejemplo, en conflictos como el de Ucrania y Rusia, los drones kamikaze son capaces de autodestruirse en objetivos enemigos, permiten operar con la mínima exposición humana, un precio más reducido y una gran precisión. Suelen ser pequeños, difíciles de detectar y mucho más baratos que los aviones o misiles tradicionales. Además, también se utilizan para espiar, transportar explosivos o atacar en grupo de forma coordinada.
En este contexto, los ejércitos de todo el mundo han tenido que buscar nuevas formas o sistemas para defenderse de ellos y una de esas soluciones se conoce bajo el nombre de Allag-E. Desarrollado por EDGE Advanced Concepts, una empresa de tecnología militar de Emiratos Árabes Unidos, consiste en un dron creado únicamente para cazar y destruir otros drones.
Así es el Allag-E, el dron que caza y elimina a otros drones
Desde Interesting Engineering explican que es relativamente pequeño al medir menos de un metro de largo, con una envergadura de unos 70 centímetros. Tiene un peso de alrededor de 8,5 kilos y no necesita pistas de aterrizaje ni grandes vehículos para lanzarse, lo que facilita su utilización en diferentes lugares.
Puede alcanzar velocidades superiores a 250 kilómetros por hora gracias a sus motores eléctricos y ventiladores especiales. Que pueda lograr esta velocidad es algo clave, ya que muchos drones militares modernos son muy rápidos, y para poder interceptarlos es necesario superarlos en velocidad.
Su autonomía es solo de seis minutos, pero de eso se trata. Es decir, este dron es de reacción rápida y se lanza cuando detecta una amenaza concreta, vuela directamente hacia ella y cumple su misión en poco tiempo, llegando a cubrir hasta un área de unos 20 kilómetros cuadrados.
Cómo destruye a los enemigos
Para ello, lleva consigo una carga explosiva de 1,7 kilos diseñada para fragmentarse al explotar, pero no necesita chocar de forma directa con el objetivo. Lo que hace el sistema es detectar cuando está lo suficientemente cerca del enemigo, gracias a unos sensores de proximidad, y después detona creando una zona de destrucción de varios metros. Esto aumenta mucho las posibilidades de derribo, incluso si el dron enemigo intenta esquivar el ataque.
También está preparado para operar en entornos donde hay interferencias electrónicas y este tipo de naves no tripuladas se utilizan para proteger bases militares, ciudades, aeropuertos u otro tipo de infraestructuras importantes. Su misión es evitar que los drones del enemigo puedan espiar, atacar o causar daños, y cada vez es y será más habitual ver este tipo de soluciones como una pieza más de la tecnología militar.


