Jami Ledbetter es una mujer de 42 años oriunda de Missouri, Estados Unidos, que se emocionó cuando su hija le regaló una sesión de microblading de cejas que compró con descuento en un sitio web de cupones. Esta técnica consiste en modelar o crear vello mediante una micropigmentación.
La mujer veía en este tratamiento una solución, ya que nació sin cejas. Pero jamás imaginó hasta qué punto se cumpliría aquello de que lo barato sale caro.
Tras la sesión de microblading, Jami Ledbetter terminó con cuatro cejas. Como consecuencia, su autoestima se vio afectada y su novio la dejó.
“No se lo desearía ni a mi peor enemigo. Lo que le ha hecho a la confianza que tenía en mi misma ha sido duro. Fue devastador. Estaba saliendo con un tipo y me dejó”, relató la mujer a DailyMail. Tras el desastroso tratamiento, Ledbetter solo salía de su casa para ir a trabajar y hacer las compras.
¿Cómo solucionar el microblading de cejas mal hecho?
Si bien no es un tratamiento permanente, el microblading puede durar entre uno y tres años. Evidentemente, debía buscar una solución. Intentó tapar las cejas extras con maquillaje y aceptó la ayuda de una mujer que le prometió poder camuflarlas, pero esto no hizo más que empeorar su aspecto.
El cupón le había costado a su hija unos 250 dólares. La solución le acabó costando 1.000 dólares. ¿Cómo? Le recomendaron a una tatuadora profesional que se especializa en maquillaje permanente. Lo que hizo fue aplicar un pigmento iluminador para remover el “exceso de cejas”. Así, se va creando una costra que permite eliminar el pigmento original dos meses después.
Jami ya ha podido mejorar un poco su aspecto, pero tendrá que acudir a dos o tres sesiones más con la tatuadora para conseguir una solución definitiva.