Los Bravos de Atlanta anunciaron el lunes que el veterano dominicano Robinson Canó había sido colocado en asignación, para abrir un hueco en el roster para movimientos de rigor para esta época del año, convirtiéndose en el tercer equipo que despide al dominicano en la temporada del 2022.
Los Mets lo dejaron libre el 8 de mayo, y los Padres de San Diego lo firmaron como agente libre el 13 de mayo. Se mantuvo con ese equipo hasta el 2 de junio, cuando se convirtió en agente libre por segunda vez en el año.
Se mantuvo en la organización, pero con un contrato de ligas menores y jugando en la sucursal de AAA, hasta que el 10 de julio los Bravos de Atlanta compraron su contrato a los Padres por un dólar.
¿Pero cuál ha sido la producción de Canó, de 39 años de edad, esta temporada?
Con los Mets, jugó 12 partidos y registró un promedio de bateo de .195, con un cuadrangular y ocho remolcadas.
Con los Padres, vio acción en 12 encuentros y bateó para .091, sin cuadrangulares y con apenas una impulsada.
Mientras que con los Bravos, tuvo una experiencia de nueve juegos y bateó para .154, sin cuadrangulares ni remolcadas.
En sentido general, Canó ha jugado 33 partido y ha bateado para .150 con un cuadrangular y cuatro empujadas.
Pero quizás usted no recuerda que a Canó todavía le deben el restante de esta temporada del contrato que corre por responsabilidad de los Mets y que todavía le adeudan US$24 millones para la próxima campaña.
Y que Canó NO PUEDE anunciar un retiro porque si lo hace, deja de cobrar ese dinero que le deben y que le corresponde.
No sé si Canó volverá a ponerse un uniforme de un equipo de Grandes Ligas, honestamente no sé si su producción de este año (luego de cumplir una suspensión de una temporada completa por su segundo positivo a dopaje) le ayude a conseguir trabajo, pero la última palabra solo es de él.
Además, mientras haya equipos dispuestos a darle la oportunidad de extender su carrera, en el nivel que sea, ¿por qué debería de rechazarlo?
No es la mejor manera de terminar una carrera, realmente uno esperaba algo distinto al hablar de la recta final del intermedista petromacorisano, pero esa es su realidad.