Lotes de soja afectados por la sequía. (Archivo)
El clima adverso se ha transformado en el principal problema que enfrenta el campo en la parte final del 2022, a través de una sequía que por tercer año consecutivo impacta en la campaña agrícola y que proyecta, en el caso de la soja, importantes pérdidas productivas y económicas en la zona núcleo.
Ayer la Bolsa de Cereales de Buenos Aires (BCBA) planteó que las precipitaciones de los últimos 7 días no lograron revertir el actual escenario de sequía. Además, detalló que hasta el momento la siembra nacional de soja registra un retraso interanual del 9,2% y que la misma alcanzó el 72,2% de las 17,5 millones de hectáreas proyectadas. En el caso del maíz, se sembró el 62,9% de las 7,3 millones de hectáreas proyectadas, con un retraso interanual de las tareas de casi el 8%. Por otro lado, la Bolsa de Buenos Aires advirtió en el caso de la oleaginosa, que si no se registran precipitaciones en los próximos días unas 500 mil hectáreas quedarán fuera del actual ciclo productivo.
En lo que respecta a la región núcleo, según el informe semanal de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), el 60% de la soja de primera se encuentra en condiciones de regulares a malas, en medio de una sequía que sigue impactando en toda la región y donde los productores realizan las tareas de siembra lejos de la fecha óptima para la misma. Todo esto es algo que va a impactar negativamente en los rendimientos de la próxima cosecha.
En ese sentido, los especialistas de la entidad recordaron que normalmente el horizonte productivo que traza el productor de zona núcleo para soja de primera suele estar entre los 40 a 50 quintales por hectárea. Pero, la información que hoy están aportando los asesores y productores de los diferentes distritos reportan caídas en las expectativas de rendimiento de entre un 20% a un 50%. También advierten que la caída podría ser mayor en el caso que no se registren lluvias en las próximas semanas. “Los milímetros que se pronostican para el comienzo del nuevo año son claves para frenar el deterioro del cultivo, pero ya no sirven para recuperar la potencialidad”, comentaron los asesores en los alrededores de Rosario donde los rendimientos proyectados son de 25 quintales por hectárea.
Márgenes
En este contexto de proyecciones de menores rendimientos, la Bolsa de Rosario trazó tres posibles escenarios productivos: 35 quintales por hectárea, 25 quintales por hectárea y 15 quintales por hectárea. El primero de los casos aseguran que es el más optimista. A partir de esto, se realizó el cálculo de los márgenes que dejará una hectárea de soja, con proyecciones de un saldo negativo para los tres casos bajo la condición de campo alquilado, recordando que el 70% de la soja de la zona núcleo se produce bajo esa situación.
Para la BCR, bajo la condición de alquiler se requiere cosechar al menos 38 quintales por hectárea para que el productor obtenga una ganancia, pero las pérdidas son de USD 97 por hectárea en el caso de que la cosecha alcance un rendimiento de 35 quintales por hectárea, de USS 422 por hectárea con un rendimiento de 25 quintales por hectárea y de USD 747 por hectárea con un rendimiento de 15 quintales por hectárea. Por otro lado, en campo propio los resultados son positivos para las productividades de 35 y 25 quintales por hectárea, pero no para la de 15 quintales por hectárea.
Primavera
Para tomar dimensión del impacto de la ausencia de precipitaciones, el relevamiento de la Bolsa de Comercio de Rosario sostuvo que durante la última primavera el 85% de la zona núcleo, el corazón productivo del país, terminó con un 50% menos de precipitaciones en comparación con la media histórica para la mencionada estación del año. El este de la provincia de Buenos Aires y una parte del sur de Santa Fe fueron las zonas que menor cantidad de milímetros recibieron, con marcas por debajo de los 100 milímetros.
El informe citó como ejemplo el caso de la ciudad santafesina de Venado Tuerto, donde se registró la primavera más seca de los últimos 100 años, con 102 milímetros; en el distrito bonaerense de Pergamino, la última primavera fue la menos lluviosa en 110 años con 148 milímetros; en Marcos Juárez, provincia de Córdoba, la primavera del 2022 es la tercera menos lluviosa en 112 años, con 132 milímetros. Mientras tanto, el noroeste de Buenos Aires fue la zona más beneficiada con las lluvias de fines de noviembre: si bien se sigue estando por debajo de la media histórica, las lluvias superaron los 150 milímetros, y con el caso de General Villegas que marcó 220 milímetros en la última primavera.
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