La correcta higiene del sueño es algo que cada vez preocupa más en España, por la trascendencia que tiene para la salud general el tiempo de descanso nocturno, y su calidad. Los expertos recomiendan dormir una media de 7 horas diarias, aunque es imprescindible que a la cantidad se sumen una serie de parámetros de calidad. Y es que durante el sueño se produce la reparación de multitud de problemas sucedidos durante el día, y el organismo se prepara para afrontar el día siguiente.
En un mundo sobreestimulado e hiperconectado, también la salud se monitoriza hasta el límite, concretamente, con los mil y un dispositivos disponibles en el mercado que lo mismo contabilizan los pasos que damos, que miden nuestro azúcar, la presión arterial o la eficacia de nuestro descanso. En este último punto, el que revela datos de nuestro sueño, surgen algunas dudas sobre la fiabilidad de los relojes inteligentes (smartwatches) que se multiplican en el mercado. Un reciente estudio arroja algo de luz sobre ello.
La importancia trascendental del buen descanso para la salud
Dormir es mucho más que poner el cuerpo en horizontal y descansar del trajín diario: es el momento trascendental en el que el organismo se resetea, repara el posible daño sufrido y coge fuerzas para afrontar la jornada siguiente. Las presiones del día a día, la hiperestimulación, el estrés, las prisas, los compromisos, las obligaciones… todo entra en el sueño y se repara, siempre y cuando la calidad de éste sea la adecuada.
Más allá de las horas que dormimos (mínimo 7, máximo 9 según los expertos como recomendación general), es importante conocer si el descanso está siendo el correcto. En este punto, los nuevos relojes inteligentes que existen por docenas en el mercado, prometen monitorizar nuestro sueño para proporcionarnos la información necesaria, con la que tomar medidas (o no).
¿Como miden los smartwatches la calidad de nuestro sueño?
Además de otros muchos parámetros, los relojes inteligentes disponibles miden nuestro descanso nocturno a través de unos pequeños sensores que captan nuestro nivel de estrés, las pulsaciones, los ronquidos, el ritmo cardiaco… Cuando este último es muy bajo, quiere decir que el sueño está siendo profundo; si es más alto, se considera que el sueño es ligero. Los smartwatches detectan el momento en el que nos encontramos en la fase REM del sueño, un dato a tener en cuenta.
Existen numerosas investigaciones que trabajan en la fiabilidad de este tipo de dispositivos. ¿La última? La que se ha llevado a cabo en la Universidad de Dublin por el profesor Cailbhe Doherty, que concluye que estos relojes son cada vez más precisos en sus mediciones generales, pero que en lo que se refiere al sueño existen algunas dudas.
«Estos relojes inteligentes suelen sobreestimar el tiempo total de sueño, produciendo algunos errores en torno al 10 por ciento, lo que significa que los usuarios pueden recibir informaciones incorrectas. La capacidad de los dispositivos para definir las fases del sueño, tanto el ligero como el profundo, presentan limitaciones dependiendo del modelo y la marca. Los algoritmos y la metodología utilizada son muy diferentes dependiendo del dispositivo, y la diversidad tecnológica, que necesitará en el futuro de una uniformidad mayor en los resultados.
La conclusión definitiva de este estudio expone que no deberíamos tomarnos las especificaciones del sueño que ofrecen estos relojes al pie de la letra, puesto que aún no son cien por cien fiables. Pueden servir como referencia aproximada, pero nunca como valor absoluto, al menos en lo que se refiere a los parámetros del descanso nocturno.
Referencias
Cailbhe Doherty, Maximus Baldwin, Alison Keogh, Brian Caulfield, Rob Argent. ‘Keeping Pace with Wearables: A Living Umbrella Review of Systematic Reviews Evaluating the Accuracy of Consumer Wearable Technologies in Health Measurement’. Volume 54, pages 2907–2926, (2024). Consultado online en https://link.springer.com/article/10.1007/s40279-024-02077-2 el 18 de enero de 2025.