Los casi cuatro años de travesía en el desierto del Barça, marcados por la marcha de Messi y los problemas económicos del club, han quedado resueltos de repente, al menos en lo deportivo, gracias al alemán Hansi Flick, un técnico que ha creado un espectacular equipo en tiempo récord.
La traumática marcha en julio de 2021 de Leo Messi, el mejor jugador de la historia del Barcelona, dejó al club en un periodo de depresión del que intentó salir sin éxito bajo la dirección de otra leyenda, Xavi Hernández.
Pero el preparador teutón, ajeno al universo culé, cortó por lo sano el estado de negatividad que carcomía al club desde que llegó hace menos de un año.
Se trataba de la primera experiencia fuera de su país natal, donde dirigió al Bayern Múnich y a la selección alemana, y la apuesta le ha salido a la perfección.
Flick ha sabido conjuntar a veteranos como el polaco Robert Lewandowski con los jóvenes como Lamine Yamal para construir en tiempo récord un equipo cuyo espectacular juego ha recibido numerosos elogios.
Lo más sorprendente de todo es que ha logrado hacerlo con la base del equipo que decepcionó en los últimos años, con escasas novedades como Dani Olmo y Wojciech Szczesny, el arquero polaco que salió de su retiro para sustituir al lesionado Ter Stegen.
Estilo valiente y ofensivo
A su llegada no pidió nada ni tampoco ahora cuando ha conquistado a los aficionados, pese a no hablar aún español y comunicándose siempre en inglés.
Llegó y se puso a trabajar en silencio. Eso sí, marcó una disciplina a seguir y un estilo agresivo y valiente en el campo.
Su equipo, divertido e incisivo, ha maravillado por su juego gracias a la batuta de Pedri, acompañado magistralmente por Yamal y por un renacido Raphinha, al que Flick ha recuperado cuando parecía que el brasileño tenía los dos pies fuera del club.
El ‘míster’ ha transmitido a los jugadores una mentalidad ganadora que se traduce en goles. En lo que se lleva de temporada ha marcado 169 goles, 97 en 36 partidos en LaLiga y 43 de 14 encuentros en Champions.
Su primer título en el banquillo azulgrana llegó con la Supercopa de España que ganó al Real Madrid (5-2), su víctima preferida este curso, con cuatro victorias en otros tantos partidos.
Después, levantó el trofeo de la Copa del Rey, el 26 de abril, de nuevo ante el club blanco tras imponerse por 3-2 en la prórroga.
Triplete y una ‘semi’ europea
Y el domingo pasado, asestó el golpe definitivo al conjunto merengue al vencerlo de nuevo por 4-3 en Montjuic en el cuarto clásico de la campaña en el que se jugaban el título liguero.
«¿Campeones? No, todavía falta una victoria«, dijo Flick al término del choque mostrando su pragmatismo germano.
La consecución de LaLiga encumbra a un técnico que ha abierto una nueva era en ‘Can Barça‘, sólo empañado por la eliminación en las semifinales de la Liga de Campeones ante el Inter.
Además, Flick ha conseguido que sus pupilos jueguen en equipo, con el interés común por encima de todo lo demás.
Un claro ejemplo fue la suplencia en el ‘Clásico‘ de Lewandowski, en el banquillo por unas molestias pese a estar jugándose el título de máximo goleador de LaLiga con Kylian Mbappé.
El francés (27 goles) superó el domingo con su triplete al polaco (25) en la pelea que mantienen ambos por el ‘pichichi‘.
Flick no renunció tampoco a su filosofía cuando llegaron los malos resultados en noviembre («shit november» llegó a calificarlo en una conferencia de prensa.
Una mala racha que se prolongó en diciembre, pero a base de trabajo sacó adelante la situación y llevó al Barcelona a recuperar el título liguero, algo impensable ante un Real Madrid que se creía invencible con Mbappé.
Y más importante, Flick ha devuelto al Barça el protagonismo en el fútbol europeo que había perdido en los últimos años y ha cerrado al fin la era post Messi.