A Luvi Torres le diagnosticaron cáncer en enero de 2023. Decidió no operarse, no recibir quimioterapia, ni someterse a tratamientos médicos tradicionales. Apostó a un camino propio: “Cantar Sana”, un método personal de autocuración basado en el canto, la meditación y el chamanismo.
En septiembre de ese año escribió: “Puse a prueba mis herramientas y me curé. Contra todo pronóstico y proyección externa de otras personas como miedo, envidia, descreimiento, desaprobación, me curé.”
La enfermedad regresó meses después. En los últimos tiempos, su círculo íntimo respetó su decisión de mantener el proceso en privado. Finalmente murió acompañada por familiares y amigos cercanos.
Un legado entre el folklore y la espiritualidad
Nacida en Quilmes, Buenos Aires, en 1988, Luvi Torres estudió canto lírico desde los ocho años. Más adelante eligió el folklore contemporáneo, fusionando zambas, bagualas y chacareras con rock, pop, canto ancestral y electrónica.
Publicó dos discos, “Ser el agua” (2014) y “Uoaei” (2020), además del EP “Transelementes”. Grabó el sencillo “Sano” junto a Chancha Vía Circuito. Tocaba el bombo legüero, la caja chayera, la guitarra y el bichito cordobés, un instrumento de viento artesanal que la acompañó en casi toda su obra.
Participó en proyectos como “Zonda: Folclore argentino”, “Fuerza Bruta Wayra”, y cantó el himno nacional con instrumentos autóctonos junto a Lito Vitale en Rosario y en la Casa Rosada durante la asunción de Alberto Fernández en 2019.
Fuera de los escenarios creó los espacios Cantar Sana y Ser Canto Medicina, donde promovía el canto como herramienta de sanación espiritual y emocional.
En 2021, compuso “¿Dónde está Tehuel?” tras la desaparición del joven trans Tehuel de la Torre. Fue un gesto artístico y político, en línea con su activismo por los derechos de la comunidad LGBTQI++.
El adiós
El Instituto Nacional de la Música (INAMU) confirmó su muerte y destacó su legado como referente de la música de raíz y la espiritualidad en el arte. También la despidieron el Folklore Club, la Asociación Argentina de Intérpretes (AADI) y otros espacios culturales.
Luvi eligió el canto como camino de vida, pero también como forma de despedirse. Su obra queda. La pregunta que ella misma escribió en su último cumpleaños también queda: “Estoy viva para vivir y disfrutar de la vida. Suficiente.”