La presencia de munición sin detonar y de minas antivehículo y antipersona en zonas urbanas amenaza la vida de los desplazados en Sudán, advirtió este viernes en rueda de prensa el responsable en Sudán del Servicio de Acción contra las Minas de la ONU (Unmas), Sediq Rashid.
En conexión telemática desde Port Sudán, Rashid explicó que muchas familias están regresando a los estados de Jartum, Gezira y Sennar, en el sureste del país, debido a una mayor seguridad, pero son áreas donde quedan numerosos artefactos explosivos.
«A medida que más personas vuelven a zonas contaminadas, las víctimas civiles aumentan (…) Estamos intentando bloquear el paso pero va a ser difícil y cuando el regreso se acelere, van a ocurrir tragedias», lamentó Rashid.
El contacto con esta munición explosiva, alertó, puede provocar heridas «devastadoras», incluyendo amputaciones y discapacidades de por vida.
«Es bastante preocupante porque estos artefactos explosivos duran mucho tiempo y, si no se aborda el problema, lo será también para futuras generaciones», subrayó el responsable de Unmas en Sudán.
Además, la presencia de munición sin detonar limita el acceso a servicios esenciales y a la ayuda humanitaria
Aunque la presencia de artefactos sin detonar afecta a muchos otros países, el caso de Sudán es «muy diferente«, matizó, porque la guerra está ocurriendo principalmente en zonas urbanas.
En las ciudades, advirtió, se están usando armas «muy indiscriminadas» que no están hechas para zonas urbanas y que están dejando una gran cantidad de munición explosiva.
Son restos que se suman a los 34 kilómetros cuadrados de munición acumulada de otros conflictos desde 1955, afirmó Rashid.
Sin embargo, los recursos de la Unmas, denunció, «son muy escasos»: solo cuenta con cinco equipos de cuatro personas en Sudán para identificar y retirar los residuos explosivos.
Artefactos explosivos
Los artefactos explosivos pueden quedarse en el terreno sin detonar por fallos de fabricación, daños durante su almacenamiento por el calor o la humedad o por el lanzamiento de armas indiscriminadas como las bombas de racimo y los misiles.
Además, la ausencia de informes sobre posiciones de combate o uso de munición por parte de los grupos armados complica la localización y retirada de estos artefactos sin detonar.
El enfrentamiento entre las Fuerzas de Apoyo Rápido y el ejército sudanés tiene al país sumido en una guerra desde abril de 2023 y ha provocado la peor crisis humanitaria del planeta.


