Desde tempranas horas de la mañana, la afluencia de transeúntes y vehículos en las principales calles del centro de San Francisco de Macorís se hace notar, pese a la cuarentena impuesta por el Gobierno para prevenir contagios por covid-19 en este municipio de la provincia Duarte.
Las personas transitan con normalidad por la avenida Libertad, la cual acoge varias rutas de transporte público, entre múltiples entidades comerciales, como surtidoras, farmacias, supermercados y bancos.
“Yo he llevado a mucha gente a comprar y para el trabajo. Por la mañana hay mucha, y ya para el mediodía van disminuyendo (el flujo)”, señaló un motoconchista que solo se identifica como Bernardo y que aparca su motocicleta en la intersección de la calle Gregorio Rivas con la avenida Libertad. “No estoy haciendo mucho dinero ahora con todo esto, pero hay que salir `a buscar el moro`”, comenta.
Mientras, María García, quien labora como secretaria en el Ministerio Público en horarios rotativos, observa que “todos los comercios están abiertos”. “´Cuando he salido a trabajar, he visto cómo la gente pasa por la calle Salcedo como si nada estuviera pasando. Hasta peluquerías vi abiertas”.
García considera que los pequeños comerciantes y vendedores informales “están desesperados” por hacer dinero, tras haber pasado más de un mes de las restricciones a los comercios no esenciales dentro del estado de emergencia decretado.
“El Gobierno dice que está dando comida pero no es verdad. La gente está pasando hambre, y mira cómo estoy aquí”, puntualiza José González, un vendedor informal que ofrece mascarillas, guantes, y otros productos de desinfección en la intersección de la calle La Cruz con Castillo.
Con una incidencia de 200 casos positivos por cada 100,000 habitantes, la provincia Duarte acumula 597 casos positivos de covid-19, la mayoría en su municipio cabecera. Un total de 76 personas han fallecido de esta enfermedad desde su detección el 7 de marzo, mientras que otras 99 ya se han recuperado.
Toque de queda inefectivo
“¿Usted cree que el coronavirus nada más se pega de 5:00 de la tarde a 6:00 de la mañana?”, pregunta un transeúnte de unos 40 años. Considera que los toques de queda “no valen la pena” mientras las personas transiten “sin vigilancia” a la hora de abastecerse de alimentos o solicitar servicios esenciales.
El hombre narra la carencia de personal que monitorea el respeto del distanciamiento social a la hora de solicitar servicios financieros. Salió de una sucursal bancaria al mediodía, “pero yo fui desde la 6:00 de la mañana”, se queja. “La fila era larguísima. Hay gente que respeta el espacio, pero otros se te tiran encima”, añade.
Mercados improvisados
José Paulino, vendedor de verduras en el mercado municipal, confirma que, al igual que otros de sus compañeros, prosiguieron con la venta de productos, pese a la resolución Número 03-20, con la cual el ayuntamiento prohibió los mercados improvisados, tras el cierre de casillas por parte de las autoridades para establecer operaciones de limpieza.
Aunque algunos mercaderes han regresado a ocupar sus espacios habituales tras el vencimiento de la disposición municipal el pasado lunes, hay vendedores que han aprovechado la visita continuada de compradores en los parques y esquinas en los que se ubicaran los comerciantes, incluyendo agentes policiales que han recurrido a las ventas improvisadas para abastecerse. (Eldinero.com.do)