Tenemos pendiente el repaso de las características ortográficas de los símbolos. Para empezar, se escriben siempre sin punto, y eso los distingue de las abreviaturas: H (hidrógeno), kg (kilogramo), kV (kilovoltio). Como vemos en los ejemplos, los símbolos pueden estar constituidos por una sola letra, que suele coincidir con la inicial de la palabra de origen, o ser bilíteros, es decir, estar formados por dos letras, que suelen ser las iniciales de sus componentes o un recurso para distinguir un símbolo de otro que ya existía. Para simbolizar los elementos platino y plomo se crearon los símbolos Pt (del latín platinum) y Pb (del latín plumbum). Sus dos letras lo diferencian del símbolo P, que representa al fósforo y procede del latín phosphorus.
Los símbolos no llevan tilde, aunque sí la lleve la palabra correspondiente en español: a –y no *á– para el área; lim y no *lím para el límite en matemáticas. Recordemos que son símbolos internacionalmente establecidos y que no siempre tienen su origen en la lengua española. Por su parte, las abreviaturas sí deben llevar tilde si en ellas aparece la vocal tildada exigida por las normas ortográficas para la palabra abreviada: pág. por página o pról. por prólogo.
Una tercera característica que distingue símbolos y abreviaturas es su funcionamiento con el plural. Los símbolos son invariables en plural; sin duda, la razón está en su carácter internacional, puesto que cada lengua tiene una forma distinta de expresar la pluralidad. Sin embargo, cuando los leemos en nuestra lengua, debemos leerlos en plural si su referencia es plural: 50 ml (y leemos cincuenta mililitros), USD 30 (treinta dólares norteamericanos), 15 min (quince minutos) o 45 s (cuarenta y cinco segundos).
No se equivoquen, con esto no acaban los periquitos ortográficos de los símbolos. Continuará.