Acceder a la electricidad a través de la generación de energía limpia es un sueño para once comunidades de la sierra en Santiago Rodríguez, al sureste de la provincia cibaeña.
Y es un sueño al que le falta muy poco para hacerse realidad.
En los últimos ocho años, los comunitarios, junto al Estado y un grupo de instituciones que apuestan por el desarrollo sostenible rural, aportan mano de obra en la construcción de dos pequeñas hidroeléctricas que representan para ellos el inicio de un anhelado crecimiento social y económico.
Las microhidroeléctricas comunitarias de El Palero y La Cidra forma parte del proyecto Paz y Agua, hasta el momento el más grande de la Red Dominicana para el Desarrollo Sostenible de las Energías Renovables (REDSER), pues beneficiará a once comunidades ubicadas en la zona de influencia del Parque Nacional Armando Bermúdez: Sierrecita, El Palero, Cabirma Arriba, La Laguna de Cenoví, Los Auqueyes, La Lomita, La Cidra, Loma de Copey, Boca de los Ríos, El Aguacate y El Aguacatico.
Unas 500 familias tendrán acceso a este sistema comunitario hidroeléctrico, explica Miguel Hidalgo, coordinador general de Paz y Agua y presidente de REDSER.
Al principio, dice el dirigente comunitario a LISTÍN DIARIO, se contempló una sola hidroeléctrica para todas las comunidades, pero se determinó que no generaría la cantidad de kilovatios necesarios para todas, porque la red es muy larga y la capacidad se perdía en el camino.
Aprovechando las aguas del río Cenovicito, afluente del Cenoví, la mini central hidroeléctrica de la comunidad El Palero se encuentra en su etapa final y la segunda está en proceso de construcción en La Cidra, sobre el río Maíto.
La primera generará 100 kilovatios y se beneficiarán las comunidades Sierrecita, El Palero, Cabirma Arriba, Laguna arriba y Los Auqueyes. El sistema de La Cidra aportará 43 kilos.
También se decidió dotar de energía convencional a El Aguacate y el Aguacatico, debido a su cercanía con La Leonor, comunidad que sí cuenta con energía eléctrica.
Ha sido algo increíble, comenta Hidalgo. Nueve brigadas de quince personas se distribuyen el trabajo. Los de Loma de Copey se levantaban a las 4:00 de la madrugada para llegar a tiempo, en mulos, cruzando ríos…
El interés de la comunidad es que el proyecto se inaugure completo, ambas etapas.
Mientras en El Palero solo faltan los transformadores, la cometida (instalación de la electricidad en las casas).y algunos detalles en la casa de máquinas, en La Cidra ya se construyeron la presa, el canal y el desaguador. La turbina de este segundo sistema fue donada por la Fundación Sur Futuro y los tubos que van desde la casa máquinas hacia la obra de toma ya han sido gestionados con el Ministerio de Economía, Planificación y Desarrollo.
APOYO Y PARTICIPACIÓN LOCAL
Junto a REDSER, apoyan a estas comunidades en su camino hacia el desarrollo sostenible la Fundación Popular, el Plan Sierra, el Programa de Pequeños Subsidios (PPS-SGP/FMAM/PNUD), la fundación Guakía Ambiente, Fondo Marena, el Ministerio de Energía y Minas y el Ministerio de Economía, Planificación y Desarrollo.
Estas confían en que el proyecto no solo trae empoderamiento a las comunidades, sino que les ayuda a superar la pobreza y reafirmar su compromiso en la protección del medio ambiente.
“Las comunidades beneficiarias se han venido destacando por el enorme esfuerzo organizado que han llevado a cabo para garantizar el avance del proyecto: estructuradas en brigadas comunitarias de trabajo, se han encargado de brindar la mano de obra no especializada necesaria para la construcción de las obras civiles, así como para la instalación de la tubería”, señala Michela Izzo, directora ejecutiva de Guakía Ambiente.
Además, sostiene la especialista en medio ambiente, «han hecho aportes en efectivo, que han permitido constituir un fondo comunitario que ha venido respaldando la ejecución del proyecto”.
Indica que hombres y mujeres han dedicado más de 20,000 días por persona en mano de obra para llevar el proyecto hasta el punto en el cual se encuentra ahora.
En este sentido, sigue Izzo, “es fundamental que todos, los actores que hemos venido acompañando el proceso, junto con las comunidades beneficiarias, hagamos el último esfuerzo para que el sistema de El Palero – La Cidra pueda ser terminado y brindar el servicio de electricidad a una población de más de 1,500 personas”.
EL ÚLTIMO EMPUJÓN
¿Por qué no han concluido los trabajos? Se produjo una desaceleración en la obra debido al cambio de gobierno en 2020 y la incorporación del proyecto a la Unidad de Electrificación Rural y Sub Urbana (UERS), señala Hidalgo.
Solo falta el apoyo estatal para que concluyan los trabajos.
Los comunitarios solicitan restablecer el contacto con las nuevas autoridades y exponerles los procesos y la necesidad de que se concluya la obra, comenta Juan Márquez, coordinador local del proyecto.
“Aquí nos ha pasado de todo. La gente comienza a desesperarse porque ha visto que si no se concluye la hidroeléctrica, tanto esfuerzo en la ejecución y la mano de obra habrá sido en vano. Ya lo que falta es que el gobierno interceda y nos ayude”.
A la fecha, la inversión en el proyecto en estos ocho años ronda los 80 millones de pesos. De estos, unos 33 millones han sido aportados por la comunidad en mano de obra. El 50% de los fondos los aporta el Estado.
EL VISTO BUENO DEL PRESIDENTE ABINADER
De acuerdo con Hidalgo, REDSER ha dirigido unos 50 proyectos de este tipo a nivel nacional. Y este, el más grande, cuenta con el visto bueno del primer mandatario.
“El proyecto Paz y Agua está en su etapa final y un servidor, como presidente de la misma, le comunicó al presidente de la República, Luis Abinader Corona, de la situación actual, de cómo va esto, y el presidente se preocupó y dio instrucciones para continuarlo; nos dijo que confiáramos en él porque este proyecto va a ser una realidad lo más pronto posible».
Esto ocurrió durante un encuentro con dirigentes comunitarios que sostuviera el Presidente durante su visita a esta provincia a finales de julio pasado.
Hidalgo explica que este proyecto fortalecerá otros proyectos que se están desarrollando en la zona, como el ecoturismo y la piscicultura.
Y los ayudará a ahorrar en todos los sentidos, añade Márquez.
“No es fácil para una madre lavar aquí para toda la familia; o comprar un galón de gasolina a 350 pesos para usar una planta, más el aceite que se le pone. Con la hidroeléctrica cambiará todo y ese cambio va a contribuir a ahorrar en todos los sentidos”, dice el productor de café.
DE INTERÉS
Amabilidad. En la comunidad aporta todo el mundo. Las familias Márquez Collado y Reyes (Chelo) se han convertido en los anfitriones de los técnicos y colaboradores del proyecto.
IMPRESIONES
Miguel Hidalgo: «Después del inicio del proyecto, que tiene ya bastante tiempo, hay muchas construcciones nuevas y gente que se había ido ha regresado. En Loma de Cana no había una vivienda y hay como 15, porque han regresado».