El dominicano Leodalis DeVries sigue acaparando las miradas en Peoria, Arizona, el campo de entrenamiento de los Padres que se ha convertido en su nuevo hogar, al menos en la primavera.
DeVries, prospecto número 18 del béisbol según MLB Pipeline, juega la misma posición del estelar campocorto Xander Bogaerts. Al arubense, que habla español, señala como mentor en su primera experiencia los Spring Trainings con el equipo grande, apenas a un año de haber sido firmado para el profesionalismo.
“Es un tremenda persona, humilde, desde el primer día que llegué, siempre se ha comunicado conmigo y me ha dicho cómo caminan las cosas aquí”, opinó De Vries sobre Bogaerts, que va a su tercer año con el equipo.
El prometedor prospecto azuano de 18 años de edad, que fue firmado por US$4,2 millones el 15 de enero de 2024, dijo que está “confiando en el proceso”, y que agradece la oportunidad que le ha brindado el equipo de estar en un clubhouse rodeado de superestrellas.
Los medios deportivos de San Diego están sorprendidos con la proyección del talento de “El Mutante”.
Machado y Tatis Jr.
“No sólo Bogaerts, Tatis, Machado, todos, son tremendas personas aquí. Estoy enfocado en aprender de ellos las pequeñas cosas que hicieron que llegaran al éxito siendo jóvenes”, aseguró DeVries.
El prospecto número uno de la organización apenas jugó nivel clase A en 2024, categoría en la que vio acción en 75 partidos, agotó 299 turnos, bateó para .238, pero pegó 11 jonrones y empujó 38 carreras.
“Me he sentido muy bien de que me hayan enviado para estar aquí en Arizona, y temprano desde que llegué me he sentido en familia”, indicó DeVries, que destaca por su aguda selección de pitcheos, velocidad en las bases, y es un ambidextro con bateo explosivo de poder a la derecha.
La organización lo considera un prospecto «hambriento de desafíos» y el plan que tienen es el de darle la mayor exposición posible en la Liga de California con el objetivo de ir adelantando sus habilidades, y pulirlo en el menor tiempo posible, pero sin anticiparse a la etapas de su desarrollo normal como pelotero.