El traslado de los 8,400 reclusos actualmente alojados en el Centro Penitenciario de La Victoria hacia el nuevo Centro Correccional Las Parras, ubicado en San Antonio de Guerra, se prevé que se complete a finales de 2026, según las estimaciones oficiales del Ministerio de Vivienda y Edificaciones (Mived).
En un informe presentado el 27 de marzo, el ministro Carlos Bonilla detalló que la primera fase del proyecto se entregará en junio de este año, lo que permitirá que, a partir de agosto, más de 2,000 internos sean reubicados en las nuevas instalaciones.
El proyecto será entregado de forma gradual a la Dirección General de Prisiones en tres fases. La primera fase incluye dos sectores clave: el A5, que albergará todos los edificios administrativos, y el CA1, un bloque de alojamiento con capacidad para 2,400 reclusos.
De acuerdo con la información disponible en el portal de Libre Acceso a la Información, la segunda fase abarca la construcción y puesta en funcionamiento del bloque CA2, que también tendrá capacidad para 2,400 internos. Esta fase está programada para ser entregada en el primer trimestre de 2026.
La tercera y última fase completará el complejo con los cuadrantes CA3, que sumará espacio para 2,400 reclusos adicionales, y CA4, con capacidad para albergar 1,200 más, logrando así una capacidad total para aproximadamente 8,400 internos.
Esta última etapa tiene previsto concluir a finales del año 2026, momento en el que se completará el proceso de traslado desde La Victoria.
Avances significativos en la obra
El proyecto, que inició su construcción el 19 de febrero de 2019, se levanta sobre un terreno de seis millones de metros cuadrados y ha avanzado en la edificación de infraestructuras esenciales.
Entre las obras ya ejecutadas se encuentran aulas educativas, talleres de costura, áreas de visitas infantiles, calles de acceso, edificio de acceso alterno y adecuaciones para la seguridad y servicios del centro.
Además, se han realizado mejoras en la electrificación, construcción de una cisterna principal con su sistema de bombeo, adecuación de celdas y la instalación de un desarenador para la planta de tratamiento de aguas residuales. También se han acondicionado parqueos y servicios generales.
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Un aspecto destacado es que el color de las instalaciones se ha cambiado de azul a amarillo, en cumplimiento con normas internacionales que prohíben el uso del azul en este tipo de recintos.
Actualmente, se continúa trabajando en la parte eléctrica, sanitaria, sistema de agua potable y en la culminación del cuadrante administrativo.
Cada celda está diseñada para albergar cinco privados de libertad y contará con duchas, armarios, inodoros y áreas comunes destinadas a la recreación de los internos.