‘Iglesia es femenina, la Iglesia es mujer’.
Ya en 2018 instaba a una mayor presencia de mujeres ‘en los diferentes campos de responsabilidad de la vida de la Iglesia en particular, y no sólo en el campo cultural’.
‘Iglesia es femenina, la Iglesia es mujer’, ha dicho en varias ocasiones como que ‘incluir a la mujer en la Iglesia, no es una moda femenina, es un acto de justicia que, culturalmente, estaba dejada de lado’.
Francisco ha roto moldes con los nombramientos femeninos en los órganos de poder de la Curia, algunos por encima de obispos y nuncios.
Nombramientos femeninos
Uno de los últimos nombramientos femeninos más recientes y sin precedentes en la historia del gobierno de la Iglesia ha sido el de la religiosa misionera Simona Brambilla, en enero de 2025, como prefecta, ‘ministra’ del dicasterio para la Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica, del que dependen todas las órdenes religiosas.
El hecho se producía tres años después de que el papa argentino revisara la Constitución vaticana para permitir el acceso a la Curia a mujeres y laicos y al final del proceso sinodal global en el que el pontífice reconocía que ‘las mujeres siguen encontrando obstáculos para obtener un reconocimiento más pleno… en todas las diversas áreas de la vida de la Iglesia‘.
No a la mentalidad ‘clerical y machista’ en la curia.
Hay que eliminar la mentalidad ‘clerical y machista’ en la Curia, decía Francisco en enero de 2025, en un acto con los miembros de una cadena hotelera, en el que además pedía ‘Y, por favor, la misión de las monjas es servir a los últimos, y no ser siervas de alguien’.
Muchas son las mujeres que desempeñan ya cargos de poder en la Santa Sede, tanto en puestos de gobierno civil como religioso.
La politóloga italiana Raffaella Petrini, por ejemplo, es desde febrero de 2025 gobernadora del Estado de la Ciudad del Vaticano, el principal cargo en la administración civil de este territorio.
Es la primera vez en la historia que una mujer accede a este puesto, en el que sustituye al cardenal español Fernando Vérgez y al que llegó después de haber ejercido como secretaría general o ‘número dos’ del Vaticano.
Primera fue también la italiana Bárbara Jatta, nombrada en 2016, en un hecho sin precedentes, directora de los Museos Vaticanos, uno de los cinco más visitados del mundo.
Desginación de subsecretarias
Francisco ha designado asimismo subsecretarias de dicasterios, como la religiosa española Carmen Ros Nortes de la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada, que lo es desde 2018, toda una novedad en esos niveles de responsabilidad de la Curia, son los terceros en esos ministerios vaticanos por detrás del secretario y del prefecto o presidente, que coordinan a embajadores vaticanos o nuncios, generalmente obispos.
También ha nombrado mujeres consultoras en la secretaría general del Sínodo, la primera vez que esto sucedía en la Iglesia católica y de 2021 es la designación de la francesa Nathalie Bacquart, subsecretaria del Sínodo de los Obispos, primera mujer que ocupa este cargo y la primera con derecho a voto.
Pero Francisco descarta la ordenación femenina.
Pero el papa Francisco que desde el inicio de su pontificado ha reivindicado el ‘rol’ de la mujer en la Iglesia, descarta la ordenación femenina, para esto las mujeres tendrán que esperar.
De momento, desde 2021 las mujeres pueden recibir los ministerios de Lectorado y Acolitado, solo permitido antes a varones.
Es así a raíz del ‘motu proprio’ dado ese año por el papa Francisco que modificó el canon 203 del Código de Derecho Canónico y cuyo rito se estrenó en el Vaticano en enero de 2022.
En el pasado era una excepción la presencia femenina en la Curia, pero alguna hubo, como la teóloga australiana Rosemary Goldie, que entre 1967 y 1976, en el pontificado de Pablo VI, fue subsecretaria del entonces Pontificio Consejo de Laicos, la primera mujer que desempeñaba un cargo ejecutivo en el Vaticano y la misma que ejerció como auditora en el Concilio Vaticano II.
Tampoco hay que olvidar a la religiosa alemana Pascalina Lenhert, conocida como ‘Madre Pascalina’, una mujer menuda y con temple de acero, que, durante más de cuarenta años, en un tiempo dominado por hombres, fue asistente, amiga y consejera del papa Pío XII.