La Fundación Global, Democracia y Desarrollo (Funglode) inició este martes el V Foro Global Casa de Campo, un evento que reúne a expertos nacionales e internacionales para discutir las principales tendencias que marcan el mundo de hoy, y que está enfocado en el futuro de la Inteligencia Artificial (IA).
El exmandatario Leonel Fernández, presidente de Funglode, encabezó el evento con un discurso en el que resumió la evolución de esta tecnología desde los avances que comenzaron con la ciencia computacional en los años 30, hasta el lanzamiento de la Inteligencia Artificial generativa, que en solo dos años se ha vuelto «omnipresente» en todos los procesos de la vida.
«En la actualidad, la inteligencia artificial está en todas partes. Luego de la revolución industrial y la revolución digital, ha venido para transformarlo todo en nuestras vidas.
Algunos consideran que es la tecnología que más rápidamente ha avanzado en la historia de la humanidad. Otros se preguntan si constituye la más grande invención de todos los tiempos», resaltó.
La dinámica y la expansión de la IA ha sido tan acelerada, que el boom generado en el 2023 con el lanzamiento de ChatGPT se considera una segunda ola de la inteligencia artificial, que cada vez está más encaminada a la inteligencia predictiva.
- Además, la IA está impulsando nuevas ciencias especializadas, como la biología sintética o la computación cuántica, aplicables en sectores como la salud, agricultura, manufactura o informática.
Implicaciones éticas y legales
Una tercera ola, expuso Fernández, sería la creación de la Inteligencia Artificial General (IAG), que sería capaz de comprender, aprender y aplicar inteligencia en un alto número de tareas cognitivas con alta eficiencia, haciendo cada vez más difusa la línea divisoria entre lo artificial y humano.
Incluso, enfatizó el presidente de Funglode, se habla del desarrollo de una «super Inteligencia artificial» que llegaría a superar las capacidades y limitaciones de los seres humanos. Todo devenir de esta tecnología plantea dilemas éticos y jurídicos que deberán ser encarados.
«En el futuro, ¿quienes serán los responsables de catástrofes generadas por aeronaves sin pilotos, buques sin capitanes, guerras sin ejércitos humanos o escuelas sin maestros?», se preguntó Fernández.
«La humanidad necesita y reclama una inteligencia artificial más inteligente, más sostenible, más accesible, más saludable y sobre todo, una inteligencia artificial que empodere a los pueblos y a las personas», concluyó.