Las relaciones entre Armenia y Azerbaiyán han estado marcadas desde su independencia de la Unión Soviética (1991) por el conflicto de Nagorno Karabaj, un territorio controlado por separatistas armenios y reclamado por Bakú.
Entre 2020 y 2024 sus relaciones estuvieron marcadas por una fuerte tensión y constantes enfrentamientos. En septiembre de 2020 estalló una guerra a gran escala que duró seis semanas, en la que Azerbaiyán logró recuperar amplias zonas del Karabaj que había perdido a comienzos de los 1990.
El conflicto terminó en noviembre de 2020 con un alto el fuego mediado por Rusia, que implicó la presencia de fuerzas de paz rusas y la cesión de territorios clave por parte de Armenia.
Tras el acuerdo, la tregua fue frágil. Hubo escaramuzas fronterizas recurrentes, acusaciones mutuas de violaciones del alto el fuego y tensiones por el estatus de los armenios que permanecían en Nagorno Karabaj.
En 2023, Azerbaiyán lanzó una operación militar relámpago que resultó en la rendición de las fuerzas armenias en la región y el colapso de la administración separatista.
Esto provocó un éxodo masivo de la población armenia de Nagorno Karabaj -más de 100,000- hacia Armenia. A pesar de algunos esfuerzos internacionales de mediación, la desconfianza entre ambos países se mantuvo, aunque las partes empezaron unas tímidas conversaciones sobre la delimitación de fronteras y un posible tratado de paz, impulsadas por presiones tanto de Rusia como de la Unión Europea.
Durante este último año ha habido un claro acercamiento entre los líderes de ambos países para sellar un histórico acuerdo de paz.
Hace menos de un mes, el 10 de julio, el primer ministro armenio, Nikol Pashinián, y el presidente azerbaiyano, Ilham Aliyev, mantuvieron un encuentro en Abu Dabi (Emiratos Árabes Unidos) para delimitar las fronteras entre ambos países y normalizar las relaciones bilaterales.
El proceso ha marginado gradualmente a Rusia, que ya mostró abiertamente su irritación cuando en mayo Pashinián y Aliyev tuvieron una reunión en Tirana, en el marco de la VI Cumbre de la Comunidad Política Europea.
Rusia ha perdido en los últimos años el rol de mediador, que ejercía con la ayuda del Grupo de Minsk, creado en 1992 por la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE).
De hecho, fue en una reunión en Bruselas en 2022 donde se acordó comenzar las negociaciones sobre el tratado de paz y crear una comisión conjunta para la delimitación de la frontera común entre Armenia y Azerbaiyán.
Una muestra de que Armenia y Azerbaiyán siguen acercando posturas es la visita oficial en junio de Pashinián a Turquía, principal aliada de Azerbaiyán y su principal apoyo en la guerra de 2020, donde el líder armenio fue recibido por el presidente Tayyip Recep Erdogan.
Con este encuentro, que fue calificado de histórico, Armenia volvía a establecer contactos con su país vecino con el que comparte 268 kilómetros de frontera, cerrada desde 1993, y que se niega a reconocer el genocidio armenio en el Imperio Otomano hace más de un siglo.
Finalmente, los líderes de Armenia y Azerbaiyán firmaron este viernes en la Casa Blanca un acuerdo auspiciado por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, que establece una hoja de ruta para poner fin a casi cuatro décadas de enfrentamientos en el Cáucaso Sur.
«Armenia y Azerbaiyán se comprometen a cesar los combates de forma definitiva, abrir el comercio, permitir los viajes, restablecer relaciones diplomáticas y respetar la soberanía y la integridad territorial mutua», declaró Trump, acompañado por Pashinián y Aliyev.
Uno de los puntos centrales del entendimiento es la creación de un corredor denominado Ruta de Trump para la Paz y la Prosperidad Internacional (TRIPP) – anteriormente conocido como Corredor de Zanguezur-, de unos 43 kilómetros de extensión a través de territorio armenio.
Este corredor conectará Azerbaiyán con su enclave de Najicheván, permitiendo el tránsito comercial sin obstáculos. Aunque el control legal del territorio seguirá en manos de Armenia, Estados Unidos tendrá los derechos de desarrollo sobre esta ruta estratégica.