En un contexto de creciente violencia y control territorial de las pandillas en Haití, el Centro de Análisis e Investigación en Derechos Humanos (Cardh) presentó una serie de propuestas innovadoras para abordar la crisis de seguridad que afecta al país.
Entre las medidas destacadas se encuentran la construcción de una prisión de alta seguridad para pandilleros y la implementación de un programa nacional de desarme, desmantelamiento y reintegración.
Según el informe del Cardh, la propuesta tiene como objetivo atacar el crimen organizado que ha sumido a varias zonas del país en el caos. La prisión de alta seguridad sería clave para centralizar a los líderes de las pandillas más peligrosas.
Además, la propuesta busca implementar un enfoque de reintegración social para aquellos involucrados en el crimen, con un plan diferenciado para líderes y lugartenientes de pandillas y para mujeres, niños y otras personas utilizadas por las redes criminales.
El programa de reintegración tendría un enfoque adaptado a las necesidades y realidades específicas de cada grupo, buscando ofrecerles una oportunidad. Además, la propuesta incluye el desarrollo de programas sociales en los barrios más vulnerables, aquellos que son constantemente explotados por las pandillas.
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Fortalecimiento de la Policía
El documento fue presentado oficialmente por el director ejecutivo de Cardh, Gédéon Jean, al Consejo Presidencial de Transición (CPT) y al Gobierno. Propone catorce medidas importantes, divididas en siete acciones inmediatas y otras siete a mediano y largo plazo, con el objetivo de abordar eficazmente el agravamiento de la inseguridad en el país.
La propuesta otorga un lugar central a la Policía Nacional y solicita el desarrollo de un marco de acción operativa rápida, el nombramiento de directivos competentes al frente de la Dirección Central de Policía Administrativa (DCPA) y en las comisarías situadas en zonas rojas.
Propone la formación continua de nuevos agentes y la apertura de nuevos centros de formación, en particular en las regiones del extremo Norte y del extremo Sur.
Las recomendaciones clave incluyen: declarar el estado de emergencia de seguridad por ambos poderes del Ejecutivo, con amplias facultades para que las fuerzas del orden actúen contra las pandillas, movilizar recursos para diseñar un plan operativo integrado, con la participación de la Policía Nacional, las Fuerzas Armadas de Haití (FAD’H) y la Misión de Seguridad.
También plantea supervisar a los grupos de autodefensa para evitar que se conviertan en grupos de crimen organizado.