Este artículo fue publicado originalmente en El Día.
Santo Domingo.- El presidente de la Junta Agroempresarial Dominicana (JAD), Osmar Benítez, afirmó que el mayor impacto provocado por la reciente tormenta Melissa en el país se registró en la infraestructura rural, especialmente en los caminos vecinales que comunican las zonas agrícolas del sur del país.
Benítez explicó que la JAD busca transformar el concepto de “camino vecinal” o “camino interparcelario” en carreteras rurales asfaltadas, debido a que los caminos de tierra se deterioran con facilidad tras las lluvias. “Tú inviertes en un camino vecinal y te queda precioso, pero hasta que llueva”, señaló.
Dijo que el impacto más severo se produjo desde San Cristóbal hasta Pedernales, una franja montañosa que abarca la Sierra de Neiba, la Sierra de Bahoruco y la vertiente sur de la Cordillera Central.
Explicó que en esas zonas, los caminos de tierra fueron destruidos por la fuerza del agua, que al escurrirse con velocidad en terrenos de montaña crea ranuras y cárcavas que interrumpen el tránsito.
Benítez detalló que hubo derrumbes importantes entre Cambita y Los Cacaos, así como en Rancho Arriba, aunque estos pueden corregirse más fácilmente.
En cambio, añadió que la reconstrucción de caminos destruidos requiere un proceso técnico de relleno, cimentación y preparación de materiales sólidos, lo que implica más tiempo y recursos.
Desde el punto de vista agrícola, el presidente de la JAD explicó que las tormentas provocan tres tipos de daños como inundaciones que arrastran cultivos, acumulación prolongada de agua en los terrenos y afectaciones por exceso de humedad.
Cultivos afectados
Apuntó que en el Bajo Yaque, especialmente en zonas como Castañuela (Valverde y Montecristi), las lluvias coincidieron con el desagüe del complejo de presas Tavera-Bao-López, lo que elevó el nivel del agua y provocó inundaciones en plantaciones de plátano y banano.
Explicó que si el agua se mantiene por más de un día, el exceso de humedad asfixia las raíces de las plantas, haciendo que las hojas se tornen amarillas.
También se registraron daños en zonas arroceras del Bajo Yuna, donde la acumulación de agua en los campos impidió el drenaje.
Indicó que aunque la mayor parte del arroz ya había sido cosechada, unas 35 a 40 mil tareas estaban en proceso de una tercera siembra conocida como bitoño, práctica que, según Benítez, debilita los cultivos y aumenta el riesgo de plagas. En esas áreas, el agua cubrió las espigas, tumbando las plantas y dificultando su recolección mecánica.
Señaló que en el sur montañoso, desde San Cristóbal hasta Pedernales, las lluvias también afectaron la producción de café, justo en el inicio de la cosecha.
«Gran parte del grano maduro cayó al suelo debido al exceso de humedad. Sin embargo, el dirigente agropecuario aclaró que este daño no afecta la producción nacional, ya que el proceso apenas comenzaba», sostuvo Benítez.
Benítez destacó además el impacto sobre la producción de aguacate, cultivo emblemático de la franja sur. Zonas como Cambita (San Cristóbal), Ocoa, Azua, San Juan y Pedernales, principales productoras del país, sufrieron afectaciones en sus plantaciones en plena temporada de cosecha.
En cuanto al apoyo gubernamental, el presidente de la JAD indicó que, según los anuncios oficiales, el gobierno ofrecerá asistencia económica a los productores cuyos daños sean validados. “Siempre lo hace, siempre lo han hecho todos los gobiernos”, afirmó.
La publicación Osmar Benítez: Tormenta Melissa deja severos daños en la infraestructura y cultivos del sur del país apareció primero en El Día.


