Solo el 2 % de las millonarias inversiones que hacen las empresas mineras en proyectos de exploración, llegan a la fase de explotación, señaló el viceministro de Minas, Miguel Díaz, al referirse a lo riesgoso que resultan las inversiones en este sector.
“A eso se agrega- dijo- que los proyectos mineros tienen que invertir mucho dinero en investigación y desarrollo antes de proceder a explotar una mina y necesitan demostrar que el proyecto es viable ambiental y socialmente sostenible”.
El funcionario además destacó que, durante el período más agudo de la crisis sanitaria provocada por la pandemia del covid-19, casi todos los rubros de exportación de la economía dominicana sufrieron un colapso y solo las exportaciones mineras y las remesas crecieron para aportar divisas. En ese sentido, indicó que el sector minero actuó como “reserva económica fría”.
En una disertación auspiciada por la Sociedad Dominicana de Geología, destacó la importancia de la minería para la economía dominicana y el rol que este sector está llamado a tener en el proceso de la transición energética que deberá ocurrir desde ahora hasta el 2050.
Observó que durante la pandemia de la covid-19, el precio del petróleo se redujo y el de los metales se incrementó, principalmente el precio del oro, con lo que se redujo sustancialmente el monto de las importaciones de petróleo y se incrementaron los ingresos por exportaciones de los productos mineros.
Explicó, que ese incremento de precio permitió al país financiar una buena parte del aumento repentino del gasto en salud y en subsidios sociales, evitando así una mayor profundización de la crisis económica.
Indicó que el sector minero actuó como reserva económica fría, que en la jerga del sector eléctrico se refiere a las plantas generadoras de electricidad que están apagadas y que entran al sistema cuando por alguna razón salen de operación otras plantas y así evitar las interrupciones del servicio eléctrico.
Otro aspecto relevante de la minería, puesto de manifiesto por el expositor, fue la íntima relación entre la transición energética en marcha y la minería.
“Para que se tenga una idea de hasta dónde llega esta relación, se tiene que poner en perspectiva que, si bien es cierto que un automóvil eléctrico emite la mitad de los gases de efecto invernadero que uno de combustión interna, para la fabricación del primero requiere seis veces más cantidad de metales que el segundo”.
Indicó, que la cantidad de metales utilizados en un automóvil de los actuales es de poco más de dos toneladas (acero, aluminio, titanio, cobre, otros), para un automóvil eléctrico serán requeridos seis veces esa cantidad y en el mundo se fabrican anualmente más de 80 millones de automóviles.
Dijo que los metales que aumentarán su demanda con la transición energética serán: hierro, aluminio, cobre, níquel, cobalto, manganeso, grafito y tierras raras, entre otros.
Ese incremento provocará incrementos de precios hasta que la oferta se ajuste a la nueva demanda. En ese sentido pronosticó que las perspectivas de la minería dominicana son bastante halagüeñas, toda vez que el país tiene yacimientos de oro, plata, cobre, zinc y la posible existencia de yacimientos de tierras raras, (elementos químicos que tienen propiedades como las electroquímicas y magnéticas).
El viceministro Díaz sugirió que las decisiones con respecto a la minería deben de estar guiadas por los dictados de la ciencia, lo que permitirá aprobar los proyectos de minería responsable, eso quiere decir, que sean proyectos ambientalmente viables, económicamente rentables y socialmente aceptados. Bajo esas premisas el sector minero podrá contribuir al desarrollo sostenible de la República Dominicana.
Finalmente dijo que el sector minero es el más transparente del país, citando que son de conocimiento público los pagos de impuestos que cada compañía minera realiza, las cantidades y valores de las exportaciones de minerales, las inversiones realizadas, los cuales son mostrados en el portal web Extractive Industries Transparency Initiative (EITI).