La adolescencia es, a juicio de muchas personas, una etapa difícil, pero la psicóloga y terapeuta familiar Wanda Mateo disiente de esa opinión.
“Es un ciclo, como cualquier otro; con características específicas, como cualquier otro”, dijo la psicóloga al participar en el encuentro virtual Listín te Escucha, transmitido en las redes sociales de este diario.
Las dificultades, según Mateo, aparecen cuando los padres tienen problemas para adaptarse y entrar en este ciclo vital junto con sus hijos.
De criar a un niño pequeño con poca autonomía y en una relación vertical, los padres pasan a lidiar con un jovencito cuya capacidad cognitiva y reflexiva se encuentra más desarrollada y que cuestiona las opiniones y los intereses de los adultos.
Los padres, explicó Mateo, perciben esta nueva forma de ver el mundo como una amenaza a la estabilidad emocional y, por eso, catalogan la adolescencia como una fase difícil.
La psicóloga recordó que en la adolescencia el jovencito tiene que hacer dos grandes trabajos: la diferenciación y el fortalecimiento de su identidad.
Por tanto, consideró que, con la excepción de situaciones de abuso, “es sano que un ser humano en el ciclo de la adolescencia quiera fortalecer su identidad y realizar el proceso de diferenciación”.
PADRES E HIJOS ¿MEJORES AMIGOS?
No, padres e hijos no están supuestos a convertirse en mejores amigos. El amigo, en ocasiones, hace las veces de cómplice, pero un padre no puede asumir ese rol, porque su función consiste en proveer sostén, seguridad y dirección.
“Lo que sí es importante como padres es estar cerca e interesarnos por su mundo, no participar de su mundo”, afirmó Mateo.
El adulto que pretenda compartir de igual a igual con sus vástagos corre el riesgo de quedar en ridículo o de avergonzar a sus hijos.
Los padres que aplican disciplina positiva y promueven la participación de sus hijos adolescentes no buscan tener siempre “la última palabra”, sino que son lo “suficientemente creativos” como para construir junto con sus hijos esa última palabra.
Cuando la integridad y la vida del menor se encuentran en peligro, entonces sí que los adultos tienen la última palabra y deben ejercer su autoridad, señaló la psicóloga.
EL CASTIGO FÍSICO
Al introducir el tema del castigo físico como forma de corrección, la psicóloga argumentó que los seres humanos están evolucionando y desarrollando las competencias para relacionarse “de manera más digna, de manera más justa y fomentando el buen trato”.
Si la sociedad mejora en ese aspecto, la familia también debe evolucionar y pasar de un “paradigma autoritario” a uno “mucho más humano”, indicó.
La terapeuta familiar comparó el castigo físico con los métodos empleados décadas atrás para adiestrar animales en los circos. “Eso es adiestramiento, condicionamiento; eso no es educación”.
La disciplina autoritaria hace que el menor acate las reglas para recibir algo a cambio o evitar el castigo, mientras que las ciencias sociales y la psicología nos enseñan que el ser humano “tiene la capacidad de hacer las cosas para el bien propio y para el bien del otro”.
La psicóloga Wanda Mateo abordó el tema “¿Cómo entender a mi hijo adolescente?” en la más reciente entrega de Listín te Escucha, segmento quincenal que se transmite en vivo por las redes sociales del Listín Diario. El espacio se emite miércoles a las 7:30 de la noche y es conducido por el psicólogo y periodista Ricardo Pichardo.
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