El hecho de que América Latina no tenga armas nucleares no solo implica «buena voluntad», sino que tiene un trasfondo que se remonta a la segunda mitad del siglo XX, cuando el mundo temía un posible holocausto nuclear.
Con Estados Unidos y la Unión Soviética como principales protagonistas, el riesgo de proliferación de armas atómicas se extendió a otras regiones. Sin embargo, América Latina siguió un camino diferente.
De acuerdo con un artículo de la BBC News Mundo, la razón principal por la que América Latina se mantiene libre de armas nucleares está relacionada con la crisis de los misiles en Cuba en 1962.
- Sostiene que esta fue la primera vez que los países de la región sintieron los riesgos nucleares tan cerca y, como respuesta, comenzaron a impulsar una solución regional.
En 1967, se firmó el Tratado de Tlatelolco, que entró en vigor en 1969. El tratado prohíbe el ensayo, uso, fabricación, adquisición o emplazamiento de armamento nuclear. Este sentó las bases para posteriores zonas libres en el Pacífico, África y Asia Central.
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Resistencia de Brasil y Argentina
En un principio, Brasil y Argentina fueron resistentes al tratado, ya que ambas economías querían dominar todo el ciclo del combustible nuclear y desarrollar misiles balísticos de largo alcance.
El texto señala que, aunque no se ha comprobado que los gobiernos de Argentina y Brasil hayan tenido planes de desarrollo de armas nucleares, sí hay señales de que había personas dentro de sus gobiernos que eran partidarias de esa posibilidad.
Ambos países estaban muy preocupados por las limitaciones que podían imponer los acuerdos internacionales sobre sus opciones de desarrollo nuclear.
Pese a sus intenciones iniciales, a inicios de la década de 1990, ambos países renunciaron a su derecho a las explosiones nucleares pacíficas, se integraron plenamente al Tratado de Tlatelolco y, posteriormente, hicieron lo mismo con el Tratado de No Proliferación Nuclear.
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Otros factores
El escrito de la BBC News Mundo también menciona otros factores que impidieron la proliferación de armas nucleares en América Latina, como el hecho de que en la región no existían el tipo de rivalidades intensas ni conflictos como los que se han dado en otras partes del mundo.
Otro elemento que contribuyó, en el caso de Brasil y Argentina, fue que ambos países realizaron una transición hacia la democracia a mediados de la década de 1980.
- Un punto que destaca el artículo es que el elevado costo de un programa de armas nucleares también pudo haber tenido un rol disuasorio.
“Este elevado costo no se mide, además, solamente por la cantidad de dinero que requiere el programa de armas nucleares, sino también por los costos diplomáticos y de prestigio derivados de colocarse a contrapelo del consenso de la comunidad internacional en contra de la proliferación de armas nucleares y por las oportunidades perdidas relacionadas con el uso pacífico de la energía nuclear”, refiere el artículo.