Los recursos disponibles con los que la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) terminará este año son comparables con los que tenía en 2015, pero en este lapso el número de personas desplazadas por la fuerza en el mundo se ha duplicado, dijo este lunes el alto comisionado de la ONU para los refugiados, Filippo Grandi,
«No crean que se trata de una simple crisis financiera. Lo que estamos enfrentando, lo que se ha impuesto al sistema de ayuda internacional son decisiones políticas con consecuencias financieras desastrosas», aseveró en su discurso de apertura de una semana de reuniones del Comité Ejecutivo del ACNUR, el órgano que decide sobre el programa anual y el presupuesto del organismo.
El recorte total de la financiación de Estados Unidos ha empujado al ACNUR a una crisis financiera sin precedentes en sus 75 años de trabajo en favor de los refugiados, solicitantes de asilo y apátridas (personas sin nacionalidad), una situación que ha coincidido con una reducción parcial de las contribuciones de ciertos países europeos.
«Dicho esto, debemos lidiar con la cruda realidad de los números y los números son sombríos», prosiguió.
El presupuesto de 2025 aprobado para el ACNUR por el conjunto de Estados fue de 10.000 millones de dólares, similar al de años anteriores, pero en la práctica los fondos que se ponían a disposición del organismo eran aproximadamente la mitad.
Aplicando los recortes, se proyecta que en realidad reciba 3,900 millones de dólares hasta fines de este año.
Reducción de gastos
La última vez que el organismo contó con menos de 4,000 millones de dólares fue en 2015, cuando el número de personas desplazadas por la fuerza era la mitad que ahora.
El organismo ha procedido en los últimos meses a una reducción masiva de gastos, a través de controles estrictos (incluso cancelando compromisos), de la reducción de miles de puestos de trabajo y del cierre de programas en el terreno.
Aun así, Grandi señaló hoy que esto no ha sido suficiente y que actualmente hay un «desajuste de 300 millones de dólares entre nuestros compromisos financieros y los fondos disponibles.».
El ACNUR ha reducido sus actividades o cambiado su presencia en 185 oficinas en el terreno.
La consecuencia más inmediata es que el organismo no tendrá efectivo disponible para cubrir sus compromisos al inicio de 2026.
Esto llevó a Grandi a pedir a todos los gobiernos -cuyas delegaciones se encontraban en la sala- a que procedan a «una inyección urgente de al menos 300 millones de euros en recursos flexibles antes de que termine el año para minimizar el riesgo de déficit».
Los recursos flexibles implican que la agencia de la ONU podrá utilizar los fondos que haya en función de la urgencia de las situaciones y que no se verá maniatado porque el donante ha decidido que sus recursos solo pueden destinarse a ciertos países o situaciones.