La República Dominicana mostró avances en su capacidad institucional para enfrentar el crimen organizado, pese a un leve aumento en su nivel de criminalidad, según el Índice Global de Crimen Organizado 2025 (Global Organized Crime Index), publicado por la Iniciativa Global contra el Crimen Organizado Transnacional (GI-TOC).
El país ocupa el puesto 91 de 193 naciones evaluadas, un ascenso de tres posiciones con respecto al informe anterior, lo que indica un incremento en la incidencia o presencia de estructuras criminales.
El país ocupa el puesto 91 entre 193 naciones evaluadas, con una puntuación de 5.17 en criminalidad —ligeramente superior al 5.08 del promedio mundial— y 4.92 en resiliencia, cifra que mejora respecto al 4.79 obtenido en 2023.
Esto significa que, aunque persisten desafíos vinculados al narcotráfico, la corrupción y el lavado de activos, las instituciones dominicanas muestran una capacidad creciente para prevenir y responder a estas amenazas.
El ranking
Con su mejora en resiliencia, la República Dominicana, aparece así entre los países del hemisferio que fortalecen su institucionalidad frente a un fenómeno global cada vez más sofisticado y transnacional.
En el contexto regional, la República Dominicana se sitúa en la posición 21 de 35 países del continente americano y cuarta en el Caribe, solo detrás de Haití, Jamaica y Trinidad y Tobago.
Su desempeño supera al de naciones con mayor exposición al crimen transnacional como Colombia (2), México (3), Ecuador (5), Honduras (13), Brasil (14), Venezuela (20) y Panamá (21), además de Guatemala (25), Perú (31) y Haití (35).
También se ubica mejor que Argentina (85), Bolivia (94), Costa Rica (58) y Estados Unidos (61), aunque estos últimos registran dinámicas criminales de distinta naturaleza, más centradas en delitos financieros y cibernéticos que en violencia directa.
En el Caribe, la República Dominicana aparece junto a Haití y Jamaica entre los países con mayor exposición al crimen organizado, aunque con niveles de intensidad y control institucional claramente diferenciados.
Cuba, en cambio, figura en una posición más favorable (168), y naciones como Barbados o Trinidad y Tobago se mantienen fuera de los primeros cien lugares del índice.
El informe de GI-TOC advierte que las economías ilícitas globales están socavando la democracia, la soberanía y la estabilidad internacional. “El orden basado en reglas que ha prevalecido durante décadas está siendo explotado por quienes no juegan con esas reglas. Los grupos criminales son algunos de los mayores beneficiarios de este desorden”, señala el documento.
En su tercera edición, el índice compara datos de los últimos cinco años y destaca una evolución del crimen transnacional marcada por el auge de las drogas sintéticas, la expansión del narcotráfico de cocaína y la aparición de nuevas formas de criminalidad no violenta, como los delitos financieros, cibernéticos y el comercio de productos falsificados.
«El crimen organizado ya no depende solo de la violencia o la corrupción: se ha incrustado en los sistemas financieros y digitales internacionales», advierte el informe, subrayando que los fraudes y ciberataques generan daños masivos sin necesidad de violencia física.


