Las negociaciones para el béisbol asiático vuelven a estremecer la Lidom, amenazan con dejar cojos a equipos estructurados con jugadores fuera del radar de la MLB, pero esta vez los clubes locales entienden que es hora de que se regule la relación laboral con compensación económica incluida.
Edwin Domínguez, un santiaguero que es agente certificado de MLBPA y que desde 2016 ha llevado a Asia a unos 40 jugadores como Gregory Polanco y Franmil Reyes, sigue muy de cerca el avispero que esta vez se ha armado a pesar de las 13 horas de diferencia entre su hogar en Tokio y el Caribe.
Tras concluir sus estudios en administración en Misuri gracias a una beca como pelotero, llegó al Imperio del Sol Naciente en 2016 a acompañar a su padre (Héctor Domínguez) quien fuera embajador entre 2013-2020, y pronto puso a operar su agencia. Una oficina que en 2025 manejó a 25 jugadores entre Asia (16), México (8) y ligas menores (1).
Domínguez opina que el país dispone de talento suficiente como para reponer al material que deja la liga por compromisos de verano en Japón, Corea del Sur y Taiwán y quisiera que el esquema actual no se tocara.
Una posible vía
Pero, en caso de una intervención, sugiere que de incluir penalidades se estructure un sistema donde estas apliquen a partir de la mitad del calendario de la fase regular, puesto que entiende 25 partidos es tiempo suficiente como para compensar una baja. Las penalidades subirían según avance la temporada.
“Hay dos caras de la moneda; lo que dicen los equipos y los equipos son los que tienen una voz más fuerte, mejor dominio mediático”, dice Domínguez por videoconferencia a Diario Libre desde la capital nipona, donde se casó con una japonesa y allí reside.
“Si el jugador se le presenta la oportunidad de venir para Asia debe tener el derecho de tomar esa decisión libremente sin recibir esa penalidad”, insiste.
Cita el casos de Manuel Ramírez, a quien luego de 11 temporadas en ligas menores le gestionó un contrato en Japón, en 2024. También menciona a Luis Liberato, que llegó el curso pasado a Corea del Sur tras una carrera profesional que inició en 2013, con un paso fugaz de siete juegos en la MLB (2022) y que este 2025, a sus 29 años, arrancó en México antes de aterrizar en los Hanwha Eagles.

Apunta a que imponerle un 10 % al contrato o 50 mil o 100 mil dólares sería golpear el bolsillo de jugadores en su etapa más crítica. Cita que en Japón se le cobra un 20.4 % de impuestos, entre 5-7 % de pagos al agente y un grueso importante de esos jugadores ya tienen compromisos por créditos tomados a razón del 10 % de sus ingresos.
“Pienso que debe socializarse un poquito más, porque hay demasiado elemento relacionado con esa transacción que hay que considerar. Hay forma de hacer esto de una manera que sea más saludable para la industria y de una manera que los peloteros no se sientan tan agredidos”, dice Domínguez.
- El Licey advirtió la semana pasada que emprendería acciones legales de producirse una firma a jugador suyo que le conlleve abandonar el plantel.
Otro escenario
Domínguez hace énfasis en el hecho de que el perfil del pelotero que mira a Asia es aquel que ve alejarse las opciones en los Estados Unidos y es, posiblemente, su primera y última oportunidad de ganar algo de dinero. Reyes, que recién ganó el liderato de jonrones (32) y empujadas (62) para los Hokkaido Nippon Ham Fighters en la Liga del Pacífico, suele citarlo como una de las personas que revivió su carrera.
“Franmil es un tremendo ejemplo del pelotero que viene a Asia hoy en día. Sabe que hay una percepción de hace mucho los años de que el pelotero cuando llegaba era porque estaba acabado, que la carrera ya iba en declive. Sin embargo, no necesariamente tiene que ser el caso y Franmil me lo ha demostrado. Son peloteros que necesitan un cambio de escenario, necesitan reencontrarse, menos distracciones que puedan reenfocar su carrera”.
Una liga que ha subido su facturación y sus contratos, como el que acaban de firmar el cubano Raidel Martínez. 32,5 millones de dólares por cuatro temporadas con los Yomiuri Giants. Otro de la mayor de las Antillas, Liván Moinelo rubricó uno de 26,4 millones por tres cursos con los Soft Bank Hawks.


