«Estaremos observando los compromisos asumidos» sobre la protección de los océanos, advierten las mujeres de la pesca artesanal, que, subrepresentadas y ausentes de las estadísticas, dependen de una adecuada gestión de los mares para mejorar sus condiciones de vida.
Lanzan este aviso pocos días después de la II Conferencia de los Océanos de la ONU, que concluyó el pasado día 1 en Lisboa con una declaración no vinculante en la que los países se comprometieron a impulsar su trabajo de conservación de los océanos y su biodiversidad.
«Queremos responsabilizar a todos los gobiernos, queremos responsabilizar a todos los actores y partes interesadas. Nuestra petición es que esta gran declaración no sea vaga sino que haya acciones concretas y tangibles», defiende en declaraciones a EFE Suzanne Njeri, de la Red de Mujeres Africanas Procesadoras de Pescado y Comerciantes.
MÁS PRESENCIA EN LA TOMA DE DECISIONES
Su segunda petición no es nueva y ya la transmitió durante la cumbre: las mujeres del sector pesquero artesanal (que genera cerca del 50 % de las capturas mundiales) deben formar parte desde el comienzo hasta el final en las conversaciones sobre la preservación de los mares.
«No nos representéis, dejadnos estar en la mesa», insiste Njeri, quien recuerda que las mujeres no son «números», sino que acumulan conocimiento tradicional, historias de éxito y son conservadoras y protectoras de la vida marina y de sus propias comunidades.
Njeri pide también más transparencia y rendición de cuentas en la gestión pesquera, que se impulse la cogestión en las zonas costeras, así como su presencia, junto a la de los jóvenes, en la toma de decisiones de forma igualitaria, y que se respeten los derechos políticos, geográficos y culturales de las regiones.
«No olvidemos la voz de los jóvenes y recordad que, donde tienes a la mujer, hay una garantía de que la juventud estará al lado», añade.
En este foro de la ONU, la presencia de comunidades locales y representantes de la pesca artesanal fue muy reducida, en comparación a las ponencias de gobiernos, ONG, empresas y científicos; y, sobre igualdad de género, la Declaración firmada que se emitió hacía una única mención a la importancia de empoderar a mujeres y niñas.
LA SOSTENIBILIDAD AMBIENTAL Y SOCIAL VAN JUNTAS
La cumbre estaba destinada al Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) de la ONU número 14, que engloba la protección de los océanos, pero del que también depende el obtener más derechos para las mujeres, afirma Nicole Franz, analista de la FAO, quien recuerda que todos los ODS están «interconectados».
«Las diferentes dimensiones de la sostenibilidad deben ser vistas juntas. No podemos solo mirar la sostenibilidad del medioambiente, también debemos mirar la sostenibilidad económica y social de los océanos», avisa Franz.
Pero, para poder tomar medidas adecuadas para luchar por la igualdad de género, hay que tener datos sobre la situación, y, de momento, no hay datos suficientes.
Según la FAO, alrededor de 45 millones de mujeres se dedican a la pesca en pequeña escala, que representan un 40 % del total de pescadores y trabajadores de la pesca.
LA FALTA DE DATOS ES UN GRAN PROBLEMA
Sin embargo, no hay datos específicos sobre su presencia en las comunidades costeras ni su impacto en el mundo laboral, reconoce Franz, quien define esta situación como un «gran problema».
«Están subrepresentadas por ejemplo en organizaciones, en los procesos de toma de decisiones que afectan al manejo de los recursos, pero también en relación a otras decisiones que afectan a cómo acceden al mercado o cómo pueden tener acceso a otros servicios como la financiación, la protección social, educación y muchos otros», avisa.
Esto lleva a que sean «marginadas» y relegadas al trabajo informal, denuncia.
A su juicio, obtener esos datos es responsabilidad los gobiernos «porque la pesca está manejada por ellos», pero también han de movilizarse los investigadores, que deben «desarrollar mejores métodos» para obtener los datos, y las propias comunidades de pesca artesanal deben participar de forma activa en esa recolección, para que sea entregada y analizada de forma participativa.
MEDIDAS CONCRETAS EN TIEMPOS CONCRETOS
Para la fundadora de Leading Women for the Ocean, Maria Damanaki, la forma de empoderarlas es marcar una línea de tiempo sobre acciones concretas para proteger los océanos sin dilaciones y dar más recursos a esa lucha.
Por eso, pide que se aprueben tratados como el que se debatirá en agosto en Nueva York, que se espera que incluya la exigencia de proteger el 30 % de los mares de la actividad humana para 2030 y garantizar la preservación de la biodiversidad.