Gisèle Pelicot habló de su “muy difícil” experiencia después de que 51 hombres fueran declarados culpables el jueves en el juicio en el cual se les acusó de haberla drogado y violado, el cual conmocionó a Francia y la convirtió en un ícono, y expresó su apoyo a otras víctimas cuyos casos no reciben tanta atención y “cuyas historias aún no han sido contadas”.
“Quiero que sepan que compartimos la misma lucha”, dijo en sus primeras declaraciones después de que un tribunal en la ciudad sureña francesa de Aviñón dictara sentencias de prisión que van de tres a 20 años en el impactante caso que provocó una reflexión nacional sobre los estragos de la cultura de la violación.
El exmarido de Pelicot, Dominique Pelicot, y todos menos uno de sus coacusados fueron declarados culpables de agredirla sexualmente durante casi una década después de que él la dejara inconsciente al mezclar drogas en su comida y bebida. El otro coacusado fue declarado culpable de drogar y violar a su propia esposa con la ayuda de Dominique Pelicot.
Mientras los activistas contra la violencia sexual protestaban en las inmediaciones del tribunal, Gisèle Pelicot, de 72 años, expresó una “profunda gratitud hacia las personas que me apoyaron”.
“Sus mensajes me conmovieron profundamente y me dieron la fuerza para volver, cada día, y sobrevivir a estas largas audiencias diarias”, dijo. “Este juicio fue una experiencia muy difícil”.
Pelicot, quien se convirtió en una heroína para muchos en Francia y otras partes por exigir valientemente que todas las pruebas se escucharan en un tribunal abierto, también dijo que pensaba en sus nietos después de soportar el juicio de más de tres meses, donde se sentó en la misma sala que sus atacantes.
“También por ellos lideré esta lucha”, dijo sobre sus nietos. “Quería que toda la sociedad fuera testigo de los debates que tuvieron lugar aquí. Nunca me arrepentí de tomar esta decisión. Confío en nuestra capacidad de proyectarnos colectivamente hacia un futuro donde todos, mujeres y hombres, podamos vivir en armonía, con respeto y comprensión mutua. Gracias”.
Pena máxima para su exmarido
El tribunal declaró a Dominique Pelicot culpable de todos los cargos y lo condenó a 20 años de prisión, que era la pena máxima posible. A sus 72 años, podría pasar el resto de su vida tras las rejas. No podrá solicitar la libertad anticipada hasta que haya cumplido al menos dos tercios de la condena.
Dominique Pelicot y los otros acusados se levantaron, uno tras otro, mientras el juez presidente Roger Arata leía los fallos y las sentencias, lo que tomó más de una hora.
Gisèle Pelicot a veces asentía con la cabeza mientras se anunciaban los veredictos.
La abogada de Dominique Pelicot, Béatrice Zavarro, dijo que consideraría una apelación, pero también expresó su esperanza de que Gisèle Pelicot encontrara consuelo en las sentencias.
“Quería que la señora Pelicot pudiera salir de estas audiencias en paz, y creo que los fallos contribuirán a este alivio para la señora Pelicot”, dijo Zavarro.
Simpatizantes de Gisèle Pelicot califican algunas sentencias como demasiado bajas
De los 50 acusados de violación, sólo uno fue absuelto de ese cargo, aunque fue declarado culpable de agresión sexual agravada. Otro hombre también fue declarado culpable del cargo de agresión sexual por el que fue juzgado, lo que significa que los 51 acusados fueron declarados culpables de una forma u otra.
En una sala contigua donde los familiares de los acusados observaban los procedimientos en pantallas de televisión, algunos estallaron en lágrimas y sollozaron cuando se anunciaron las sentencias.
Los manifestantes congregados en el exterior del tribunal siguieron el proceso desde sus teléfonos. Algunos leían en voz alta los fallos y aplaudían cuando eran anunciados al interior del tribunal. Pero la inquietud creció a medida que muchas de las sentencias se volvían más bajas de lo que los activistas habían esperado, y se escucharon gritos de “¡es una vergüenza para el sistema judicial!”.
Además de los 20 años que exigieron para Dominique Pelicot, los fiscales pidieron sentencias de 10 a 18 años para los demás juzgados por violación. Pero el tribunal fue en su mayoría más indulgente de lo que los fiscales habían esperado, y muchos fueron condenados a menos de una década en prisión. Los cinco jueces votaron mediante voto secreto.
Para los otros acusados además de Dominique Pelicot, las penas fueron de entre 3 y 15 años de prisión, algunos con opción a libertad condicional para una parte de la sentencia. Arata dejó en libertad a seis acusados, teniendo en cuenta el tiempo que ya habían pasado detenidos a la espera de juicio.
Sophie Burtin, de 53 años, quien viajó desde Lyon para mostrar su apoyo a Gisèle Pelicot, dijo que el juicio “sacó el tema de la violación a la luz pública”, pero expresó su decepción de que las sentencias no fueran «en absoluto ejemplares”.
“Algunos hombres pensarán: ‘Está bien, lo que hicieron realmente no fue una violación’”, dijo Burtin. “El mensaje que se envía es, ‘¿Es realmente grave?’, con sentencias tan ligeras. Para mí, se suponía que iba a ser un juicio histórico, pero la sensación que tengo es que no se ha hecho historia”.
¿Quién es Gisèle Pelicot?
La valentía de Gisèle Pelicot, una trabajadora jubilada de una empresa eléctrica, durante el agotador juicio y su terrible experiencia, infligida en lo que ella creía que era un matrimonio amoroso, movilizó a los activistas y suscitó peticiones de medidas más estrictas para erradicar la cultura de la violación.
Renunció a su derecho al anonimato como víctima de abuso sexual y logró con éxito que las audiencias y las pruebas, incluidos los videos caseros de las violaciones de su exmarido, se escucharan en un tribunal abierto, insistiendo en que la vergüenza debería recaer en sus violadores, no en ella.
Las audiencias alimentaron debates tanto a nivel nacional como entre familias, parejas y grupos de amigos sobre cómo proteger mejor a las mujeres y el papel que los hombres pueden desempeñar.
“Los hombres están empezando a hablar con las mujeres, sus novias, madres y amigas, de manera que no habían hecho antes”, manifestó Fanny Foures, de 48 años, quien junto con otras mujeres del grupo feminista Les Amazones pegó mensajes de apoyo para Gisèle Pelicot en las paredes de Aviñón antes de que se anunciara el fallo.
“Al principio fue incómodo, pero ahora se están viendo debates reales”, dijo.
“Algunas mujeres están dándose cuenta, quizás por primera vez, de que sus exmaridos las violaron, o que alguien cercano a ellas cometió abusos”, agregó Foures. “Y los hombres están empezando a enfrentar su propio comportamiento o complicidad, cosas que han ignorado o sobre las cuales no han actuado. Es pesado, pero está generando cambio”.
En una gran pancarta que los activistas colgaron en una pared de la ciudad frente al tribunal se leía: “Merci Gisèle” (Gracias Gisèle).
Imágenes sórdidas del exmarido
Todos los indiciados —extraños que Dominique Pelicot reclutó en línea— fueron acusados de haber participado en sus sórdidas fantasías de violación y abuso que llevó a cabo con ellos y que filmó en la casa de retiro de la pareja en el pequeño pueblo provenzal de Mazan y en otros lugares.
Llamó la atención de la policía por primera vez en septiembre de 2020, cuando un agente de seguridad de un supermercado lo sorprendió filmando subrepticiamente debajo de las faldas de las mujeres.
La policía posteriormente encontró su biblioteca de imágenes que documentaban años de abusos: más de 20,000 fotos y videos en total, almacenados en unidades de memoria de computadora y catalogados en carpetas marcadas como “abuso”, “sus violadores”, “noche sola” y otros títulos.
La abundancia de pruebas llevó a la policía a los otros acusados. En los videos, los investigadores contaron 72 violadores, pero no pudieron identificarlos a todos.
Aunque algunos de los acusados, incluido Dominique Pelicot, reconocieron que eran culpables de violación, muchos lo negaron.
Algunos argumentaron que el consentimiento de Dominique Pelicot también cubría a su esposa. Algunos insistieron en que no tenían la intención de violar a nadie cuando respondieron a las invitaciones del esposo para venir a su casa. Algunos lo culparon a él, diciendo que los engañó haciéndoles pensar que estaban participando en un juego consensuado.