El expresidente de Filipinas, Rodrigo Duterte, asumió públicamente la responsabilidad de la violenta campaña antidrogas que lideró durante su mandato, en su primer mensaje desde que fue trasladado a La Haya para enfrentar cargos por crímenes de lesa humanidad.
Mientras Duterte se prepara para una larga batalla legal en la Corte Penal Internacional (CPI), su aliado clave, el exjefe de Policía y senador Ronald Dela Rosa, ha expresado temor a ser el próximo arrestado.
Asume la responsabilidad
El expresidente de Filipinas, Rodrigo Duterte, afirmó que asume la plena responsabilidad por la mortal «guerra contra las drogas» de su administración, en el primer mensaje desde que fue llevado a un avión con destino a La Haya, mientras se prepara para una larga batalla legal en la Corte Penal Internacional.
«Lo que haya sucedido en el pasado, yo estaré al frente de nuestras fuerzas del orden y del ejército. Ya lo dije antes, que los protegeré y seré responsable de todo», dijo en un video publicado en su cuenta de Facebook, que ha sido visto más de 10 millones de veces.
Sale vistiendo una camisa blanca sencilla y dentro del avión, ya que se podía escuchar el suave zumbido del motor en el fondo.
Duterte fue puesto bajo custodia por la Corte Penal Internacional (CPI) el miércoles tras ser arrestado en Manila por cargos de asesinato relacionados con su «guerra contra las drogas«, en la que miles de supuestos traficantes y consumidores fueron asesinados.
El arresto de Duterte
En una declaración, la CPI informó que Duterte fue «entregado a la custodia de la Corte Penal Internacional. Fue arrestado por las autoridades de la República de Filipinas… por cargos de asesinato como un crimen contra la humanidad».
Y será presentado ante un juez de la CPI en La Haya en los próximos días para una comparecencia inicial, según el comunicado, mientras tanto, fue trasladado a una unidad de detención en la costa holandesa.
«Esto será un proceso legal largo, pero les digo, continuaré sirviendo a mi país.Y que así sea, si ese es mi destino… Estoy bien, no se preocupen», dijo el exlíder filipino de 79 años en el video de más de dos minutos.
Su retórica es la misma que ha mantenido desde el inicio de la guerra contra las drogas: se hace responsable de las consecuencias legales de la sangrienta campaña, pero niega que haya algo para responsabilizarse.
Duterte, quien lideró Filipinas desde 2016 hasta 2022, enfrenta acusaciones de crímenes de lesa humanidad por supervisar escuadrones de la muerte en su campaña antidrogas. Podría convertirse en el primer exjefe de Estado asiático en ser juzgado en la CPI.
La orden de arresto de la CPI indica que, como presidente, Duterte creó, financió y armó a los escuadrones de la muerte que ejecutaron asesinatos de supuestos consumidores y traficantes de drogas.
Según la Policía filipina, en los cinco años de su mandato, alrededor de 6 mil personas murieron en operativos antidroga y operaciones extrajudiciales, unas estimaciones que ONG locales elevan a más de 30 mil fallecidos.
Duterte había retirado en marzo de 2019 a Filipinas del Estatuto de Roma, el tratado fundacional del CPI, pero esa decisión no afecta la jurisdicción de la corte sobre crímenes cometidos antes de esa fecha.
La situación de la hija
La hija de Duterte, Sara Duterte, vicepresidenta de Filipinas, llegó a La Haya el miércoles por la noche, según informó su oficina, y fue recibida por representantes del ministerio de Exteriores neerlandés.
Ella ha denunciado que su padre fue llevado «a la fuerza» allí, en un intento del Gobierno de debilitar a su clan familiar antes de unas elecciones a mitad de mandato, que serán el 12 de mayo de 2025.
El presidente filipino, Ferdinand Marcos Jr., afirmó haberse limitado a cumplir con las obligaciones del país asiático ante Interpol.
«Estoy triste en nombre de todo el pueblo filipino, porque tenemos un presidente que no cumple su palabra», dijo el exjefe de Policía y senador Ronald Dela Rosa este jueves en una entrevista a la cadena de radio filipina DZBB, sobre la «traición» de Ferdinand Marcos Jr. al permitir el arresto de Duterte.
Considerado el cerebro de la guerra contra las drogas en Filipinas y en plena campaña ya que aspira a reelección, Dela Rosa busca protección para evitar correr la misma suerte que el expresidente Duterte. Su esperanza está en que las autoridades filipinas lo protejan de un posible arresto ordenado por el tribunal internacional.
«Mientras el presidente del Senado pueda, debería protegerme primero y no entregarme aún si se emite una orden de detención.
También espero que el poder ejecutivo lo respete, porque para eso hay protocolos», afirmó ayer a los medios de comunicación, según el medio filipino Rappler.
Por lo pronto, abogados y académicos señalaron que el arresto y la transferencia de Duterte representan un gran momento para la CPI, que ha sido blanco de sanciones estadounidenses y no cuenta con fuerzas policiales propias para arrestar a las personas.
Un portavoz del Departamento de Estado de Estados Unidos dijo que están al tanto del arresto de Duterte por parte de las autoridades filipinas.
Con Reuters y EFE