Juan Soto solo necesitó una llamada a las Grandes Ligas ese mayo de 2018 para incrustarse con tanta firmeza en el line-up como para jamás volver a las ligas menores… ni siquiera para alguna rehabilitación.
Siete temporadas después, con una fortuna nunca antes garantizada a atleta alguno, el jardinero también tiene asegurada una atención acorde al tamaño de los dígitos que se giran a sus cuentas bancarias desde que debute esta tarde (4:10 pm) con los Mets, en Houston, frente a los envíos de su compatriota Framber Valdez.
Un Soto que se queda en Nueva York, pero que se muda a Queens como la pieza con la que el multimillonario dueño del equipo, Steve Cohen, aspira a hacer frente al trabuco de los Dodgers.
Más allá de Soto habrá más de un centenar de historias que promete escribir el pelotón dominicano que asiste a su temporada 69 de forma consecutiva a la Major League Baseball.
Desde que Osvaldo Virgil abrió la puerta en 1956 y hasta Kelvin Alcántara (2024) como el más reciente en ingresar por ella ya son 938 hombres de matrícula quisqueyana los que gozan de la categoría de bigleaguers.
Con un Clásico Mundial de Béisbol en el horizonte y visto con la necesidad de redención para la principal manufacturera de peloteros fuera de los Estados Unidos, la campaña 2025 tiene ingredientes especiales.
La antesala
Los reflectores también apuntan a Vladimir Guerrero Jr., y las posibilidades de lograr uno de los contratos más grandes de la historia de los deportes. Ya en marzo rechazó uno que superaba los 450 millones.
A los 26 años, el inicialista de los Azulejos es ya el hijo de un inmortal de Cooperstown que ha colocado los mejores números en la historia del juego. Rico de cuna, en el terreno es insaciable y en su vitrina ya acumula cuatro visitas al Juego de Estrellas, dos Bates de Plata y un Guante de Oro.
Es el curso donde Julio Rodríguez llega con la necesidad de demostrar que lo de 2024 fue un accidente, donde Rafael Devers comienza una carrera como bateador designado a los 28 años ya con un expediente iniciado mirando hacia el Salón de la Fama y con Fernando Tatis Jr., y Manny Machado en unos Padres que insisten en no arrodillarse ante los Dodgers.
A explotar
La zafra que abre este jueves con 14 partidos tiene a Elly de la Cruz como esa figura ya establecida en una alineación llamado a cargar un equipo y a que su nombre aparezca alto en las estadísticas de referencias.
De la Cruz tiene el paquete completo (incluyendo intangibles innecesarios para producir como el carisma y la chispa) para adueñarse de los titulares. Su velocidad es élite, igual su brazo, su bate a ambos lados del plato mejora y promete incrementar los jonrones.
Willy Adames llega a un equipo de alcurnia como San Francisco como columna vertebral de un proyecto que busca despegar en una División Oeste que promete obligar a trasnoches para los de la costa Este.
La vuelta de Alcántara
La campaña marca el regreso del último Cy Young dominicano, Sandy Alcántara, una pieza codiciable y a bajo precio por equipos contendores como Mets y Yankees en apuros en sus rotaciones. Valdez llega en Houston a su último año bajo control, un estímulo adicional para este “come innings” que ya es cuarto en entradas trabajadas entre los zurdos dominicanos.
Luis Castillo puede cruzar la frontera de los 1,500 ponches en apenas su novena temporada y Luis Severino apuesta a confirmar su regreso. Freddy Peralta puede confirmar que ha sido una ganga en esa extensión que firmó con los Cerveceros, con poder para activarle una cláusula que le pagaría ocho millones en 2026 para un lanzador que lleva dos años en fila con 200 ponches.
Desde el relevo, Emmanuel Clase persigue su cuarto liderato de salvados en fila y alcanzar los 200 rescates en su carrera.