Nuestro destino: la estación de Atocha. El objetivo: comprar por adelantado los billetes de tren para Sevilla. Por el Paseo del Prado, primer paseo arbolado urbano de Europa, caminamos sin prisa.
Aquí, una joven sentada en un banco a la sombra de un árbol, está ensimismada leyendo un libro. El ruido del tráfico no le hace mella. Cerca, una pareja tiene la vista fija en sus celulares. Desde el centro del paseo Alexis y yo cruzamos a la acera a nuestra izquierda, a la altura del Museo Naval.
A corta distancia nos detenemos ante la Plaza de la Lealtad, con el monumento funerario que casi pasa desapercibido: el Monumento a los Caídos por España. ‘Honor a todos los que dieron su vida por España’, dice una tarja.
En este sitio, el 2 de mayo de 1808 murieron fusilados algunos de los héroes que se levantaron contra la invasión napoleónica. La base es un panteón, sobre éste resaltan varias esculturas. En su tercer nivel se levanta un obelisco. Este monumento siempre me llama la atención.
Mi hijo y yo proseguimos la andadura junto al Museo del Prado, considerado el más importante en pintura europea, y uno de los más importantes del mundo en sentido general. En sus inicios era Gabinete y Academia de Ciencias Naturales. El museo es uno de los más de 21 bienes de interés cultural que conforman la zona del Paisaje de la Luz, Patrimonio Mundial de la UNESCO, en la categoría de Paisaje de las Artes y las Ciencias. Desde mediados del siglo XVI aquí ‘conviven la cultura, la ciencia y la naturaleza’.
(El Paisaje de la Luz comprende el Paseo del Prado, que va desde Plaza Cibeles hasta la Plaza del Emperador Carlos V en Atocha, y asimismo el Parque de El Retiro con la Puerta de Alcalá y el Barrio de los Jerónimos).
Al lado del museo se extiende el Real Jardín Botánico. Desde 1781 es un ‘museo vivo en el centro de Madrid’, con más de 5,550 especies de plantas de todo el planeta. (Hasta el 25 de este mes de septiembre celebra cada noche, en varios de sus rincones, los Paseos Musicales. Me hubiera gustado comprar entrada). Desde la acera vemos parte de este jardín que es, además, centro de investigación. Tras una andadura de dos kilómetros llegamos a Atocha. (Para este artículo en el Listín Diario mi hijo, Alexis Ramos Brusíloff, toma las fotos).
Almuerzo
Ya con los boletos en la mano, buscamos dónde comer tapas en la misma estación de Atocha.
Las encontramos en Gastroteca: delicioso Crujiente de Láminas de Berenjena con Miel de Caña (7.95 €); y muy buenas ‘Las Bravas más Bravas’ (7.95 €). (Son patatas; o papas, como decimos en Santo Domingo).
De dulce: buenísimo Helado de Turrón con Crema (6.95€).